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James Cameron apoyó a una acción social para dotar de una prótesis a una niña sin manos.
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El cineasta tiene un profundo interés por la ciencia y que en la menor oportunidad que tiene se involucra en desarrollos tecnológicos con miras a aplicaciones reales.
El director y productor de cine, James Cameron, ha planteado de una manera reiterada sobre la importancia de la tecnología en el desarrollo de la sociedad y advirtiéndonos también sobre el confiarnos de ésta como un ente regidor.
Películas como “Terminator”, “Avatar” o “Alien” nos dan varias probadas de los alcances a los que aspira el ser humano, como los viajes espaciales, la conquista de nuevos o mundos, o lo que pasa si una máquina toma el control de lo existente.
El cineasta tiene un profundo interés por la ciencia y que en la menor oportunidad que tiene se involucra en desarrollos tecnológicos con miras a aplicaciones reales.
Su más reciente involucramiento está relacionado con “Alita: Battle Angel”, película que coescribe y coproduce, y que se centra en una cyborg que ha olvidado su pasado, pero que poco a poco comienza a recordarlo.
Cameron dio a conocer en sus redes sociales la historia de Tilly Lockey, una niña que perdió los dos brazos por una enfermedad.
El director de cine explica que Tilly nunca ha dejado de luchar y de superarse, y que toda su vida ha necesitado usar brazos prostéticos que no son baratos, pues al ser una niña requiere cambiarlos constantemente conforma va creciendo.
Pensando en ella, el cineasta habló con el equipo de diseño de Alita para que, en alianza con Open Bionics, desarrollaran un par de brazos prostéticos avanzados inspirados en los de la protagonista de la película.
Es un desarrollo que a su vez dio a lugar a la creación de cubiertas para brazos prostéticos también inspiradas en la película, y que se pondrán a la venta a un costo modesto, de acuerdo con Cameron.
Los gobiernos han promovido la industrialización y la innovación sustentable, mediante el rápido incremento del gasto en I+D (Investigación y Desarrollo) y el aumento del número de investigadores.
Los cinco primeros en la clasificación, en términos de gasto absoluto en I+D, son grandes potencias económicas: Estados Unidos, China, Japón, Alemania y la República de Corea, países de donde están las marcas poderosas del mundo en diversos segmentos como tecnología, farmacéutico, automotriz, manufacturero, alimenticio, sólo por mencionar algunos.
De acuerdo con la UNESCO, las regiones han venido fijando sus propios objetivos de gasto en este sector: el más conocido es el de la Unión Europea (UE) que se ha propuesto aumentar la inversión global en I+D hasta el 3 por ciento del PIB hacia el 2020.
Según los datos del organismo, en el mundo entero sólo seis países han logrado superar el objetivo del 3 por ciento y tres de ellos son economías pequeñas de la UE: Dinamarca, Finlandia y Suecia.
Este grupo figura por detrás de Japón, que alcanza el 3.6 por ciento y de Israel, que llega a la impresionante marca del 4.1 por ciento.
Y por delante de todos, se encuentra el líder mundial, la República de Corea, que registra un 4.3 por ciento. Austria, Alemania y Suiza bordean el 3 por ciento, al igual que Estados Unidos, que es el país que más gasta en términos absolutos.
Finalmente, la realidad se parece cada vez más a la ciencia ficción porque ahora contamos con conocimientos sobre el funcionamiento del universo y tecnologías que nos permiten lograr casi cualquier cosa que nos propongamos.