- El gobierno de Italia impone el uso obligatorio de casco y seguro de responsabilidad civil para usuarios de scooters eléctricos.
- Busca reducir el caos vial.
- Compañías como Dott y Bird critican las nuevas normas como “impracticables”, advirtiendo que podrían disminuir la demanda y afectar la viabilidad de sus negocios.
Italia decidió imponer regulaciones más estrictas a los usuarios de scooters eléctricos, exigiendo, por ejemplo, el uso obligatorio de casco y de un seguro de responsabilidad civil.
Según el gobierno, estas medidas buscan poner fin al “comportamiento irresponsable” que ha transformado las calles italianas en un caos vial, especialmente en Roma.
Las nuevas disposiciones no fueron bien recibidas por las empresas que operan este tipo de vehículos, como Lime, Bird y Dott.
Las compañías advierten que las nuevas normas, que el Parlamento italiano planea aprobar en breve, podrían frenar considerablemente la demanda en uno de los mercados más importantes de Europa, tras la decisión de París de prohibir el servicio por completo a través de un referéndum el año pasado (te adelantamos sobre esto en Merca2.0).
Italia: reacciones de las empresas del sector
Andrea Giaretta, vicepresidente de Dott para Europa occidental, calificó las reglas como “impracticables” y afirmó que su implementación podría perjudicar la viabilidad del modelo de negocio basado en la movilidad compartida.
Dott, que gestiona unos 9,000 scooters eléctricos en 20 localidades italianas, estima que estas disposiciones crearán barreras que desincentivarán el uso del servicio, impactando su sostenibilidad económica, publica Financial Times.
Por su parte, Giorgio Cappiello, quien lidera los asuntos públicos de Bird en Italia, describió las medidas como una “decisión política ideológica” que podría reducir la utilización de sus 15,000 patinetes hasta en un 70%.
Según él, si el marco regulatorio se torna demasiado restrictivo, las empresas privadas podrían abandonar el mercado italiano, dejando un vacío en la oferta de transporte alternativo.
Mercado en auge, pero con problemas
Italia cuenta con aproximadamente 55,000 patinetes eléctricos de alquiler distribuidos en ciudades y pueblos.
El sistema de movilidad se ha expandido rápidamente debido a factores como el clima favorable y la gran afluencia de turistas, quienes ven en estos vehículos una forma económica y ecológica de moverse.
No obstante, la rápida adopción trajo consecuencias negativas, especialmente en centros turísticos como Roma, donde los patinetes suelen quedar abandonados en las aceras, dificultando el tránsito peatonal.
Además, los conductores zigzaguean entre el tráfico, lo que genera mayores riesgos en las calles.
Los accidentes también han incrementado de forma alarmante. En 2022, se registraron 21 muertes relacionadas con el uso de patinetes eléctricos, mientras que 182 peatones resultaron atropellados.
Estas cifras contrastan con las de 2021, cuando solo nueve personas fallecieron y 127 peatones sufrieron heridas, según datos de Istat, la agencia nacional de estadísticas.
Una regulación en Italia que genera tensiones
El ministro de Transporte, Matteo Salvini, defendió las medidas. Según dijo, las nuevas reglas acabarán con la “impunidad” en la conducción de patinetes eléctricos, protegiendo tanto a usuarios como a peatones.
Salvini explicó que el casco se convertirá en un requisito obligatorio, al igual que ocurre con los conductores de motocicletas ligeras desde hace más de dos décadas.
Además, el seguro de responsabilidad civil será una condición indispensable para circular, cubriendo posibles daños a terceros en caso de accidentes.
Las empresas de movilidad, sin embargo, aseguran que este seguro elevará los costos para los usuarios, reduciendo la competitividad del servicio frente a otras alternativas de transporte.
Dott y Lime argumentan que el requisito del casco presenta complicaciones logísticas, ya que no es práctico incluir uno en cada patinete. Andrea Giaretta explicó que, además, la mayoría de los accidentes no afectan al cráneo, sino a otras partes del cuerpo como piernas y brazos.
Por su lado, Enrico Stefàno, director de políticas públicas de Lime, mencionó que instalar cascos en sus patinetes representaría un gasto inicial de un millón de euros, además de problemas asociados al vandalismo y al robo.
Scooters eléctricos y su impacto en la movilidad urbana
Los patinetes eléctricos comenzaron a ganar popularidad a mediados de la década de 2010, posicionándose como una solución innovadora para el transporte urbano.
Estados Unidos lideró esta tendencia, con ciudades como Los Ángeles y San Francisco adoptando rápidamente esta alternativa.
Empresas como Bird y Lime fueron pioneras en ofrecer sistemas de alquiler por minutos, permitiendo a los usuarios recorrer distancias cortas sin necesidad de adquirir un vehículo propio.
En Europa, París, Berlín y Madrid se consolidaron como mercados clave. Según Statista, estas ciudades destacan por tener altos volúmenes de usuarios y una infraestructura que facilita el uso de estos vehículos.
En América Latina, Ciudad de México y Santiago de Chile se convirtieron en referentes de la región gracias a la llegada de empresas globales y locales.
Entre los principales actores de esta industria se encuentran fabricantes como Segway, que provee los modelos más utilizados por compañías de alquiler.
Lime y Bird lideran el mercado, mientras que Dott y Tier han ganado terreno en Europa. Estas empresas no solo alquilan patinetes, sino que también promueven su uso como una opción sostenible y accesible en ciudades con tráfico intenso.
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