¿Qué haría que alguien que está plenamente satisfecho con un producto gaste 700 ú 800 dólares por otro casi igual? ¿Si uno no tuviera problemas con un teléfono, y éste lo colma en cuanto a las expectativas, para qué cambiarlo? Tu smartphone funciona bien, es veloz, pero sale uno nuevo y, de repente, sientes que necesitas cambiarlo ¿Qué pasó?
Hay gente que sospecha que los iPhone se vuelven más lentos cuando Apple presenta una nueva versión. Así es. Y la fuente de esta presunción son las búsquedas en Google relacionadas con este tema, que aumentan drásticamente cada septiembre, cuando la compañía fundada por Steve Jobs lanza sus novedades.
Hay un estudio que sostiene esta teoría (¿conspirativa?). Fue realizado por Laura Trucco, una economista argentina que lo hizo durante su doctorado en la Universidad de Harvard en base a la hipótesis de que la empresa está deliberadamente saboteando sus productos antiguos. “La académica cruzó los datos con otras compañías, y para marcas como Samsung, por ejemplo, no hubo correlación entre los nuevos lanzamientos y las búsquedas relacionadas con un peor funcionamiento del dispositivo anterior”, analizan en Infotechnology.
Trucco armó una serie de tiempo con las búsquedas en Google de “iPhone + slow (lento)” y se topó con este resultado: los picos de estas búsquedas condicen exactamente con la aparición de nuevos modelos de iPhone.
“Trucco replicó su idea para el Samsung Galaxy, y en este caso no hubo picos de inquietud. El hecho de que los lanzamientos de nuevos iPhone tengan mucha cobertura mediática tampoco aparece como una explicación válida: el aumento de las consultas ocurre cuando los artefactos llegan efectivamente a los consumidores, y no cuando se anuncia su venta (a veces hubo hasta un mes de diferencia)”, explica La Nación respondiendo a la idea de que sea una “sensación” de lentitud y no una lentitud real.
Una causa posible es el hecho de que la fluidez y el buen rendimiento de los dispositivos decae a medida que las aplicaciones se actualizan. Se vuelven más “pesadas” y el hardware “viejo” no tiene la suficiente potencia.
“Otra explicación, más técnica, involucra el modelo de negocios de la compañía. Apple fabrica el dispositivo y también desarrolla el sistema operativo. En otros casos, por ejemplo, Samsung, el fabricante coreano desarrolla el dispositivo pero el OS Android es propiedad de Google por lo que puede haber desfasajes”, dicen en Infotechnology tratando de buscar una razón.
Según Sendhil Mullainathan, economista que fuera profesor de Trucco en Harvard, “estos datos revelan sólo correlaciones, no conclusiones”. En su artículo “Hold the Phone: A Big-Data Conundrum”, en Upshot, dice que “quedan al menos dos interpretaciones diferentes del repentino aumento del ‘iPhone lento’ en las consultas, una es conspirativa y la otra benigna”. Para Mullainathan, es tentador decir que este análisis demuestra que “el big data es inútil” porque la correlación no permite aseverar nada. Sin embargo, agrega que eso es “demasiado trivial”. “Las correlaciones son lo que nos motiva a mirar más lejos, más allá. Precisamente lo que el big data hace hace –y seguramente hace más– es señalar interesantes correlaciones descomponiendo los datos de otras maneras, y eso tiene un valor inmenso”, finaliza.