El 2022 comenzó con una de las novedades más impactantes de las dos últimas décadas en materia de compras y fusiones: Microsoft adquiere Activision por más de 68 mil millones de dólares.
Todos coinciden: la compra posicionará al gigante tecnológico en inmejorable posición en el segmento de negocio de los videojuegos.
La felicidad en Microsoft contrasta con las caras largas en Sony. ¿Por qué? La adquisición de la compañía dueña de franquicias clave como Call of Duty, World of Warcraft y Candy Crush ubicará a XBox en un lugar de privilegio que impactará en PlayStation, de la japonesa Sony.
Pero parece que en Japón, por ahora, no deberían preocuparse. Según publica Bloomberg este martes 1º de febrero, Estados Unidos, a través de la Comisión Federal de Comercio (FTC), va a investigar a fondo la compra.
También se asegura que la investigación se centrará especialmente en cómo podría perjudicar a los rivales.
El acuerdo es el más grande del gigante tecnológico hasta el momento, y también se convertirá en la mayor adquisición en efectivo de la historia. Por esto no es extraño que se abran investigaciones en todo el mundo.
En Estados Unidos, según Bloomberg, la adquisición será revisada por la FTC y no por el Departamento de Justicia. Las dos agencias suelen estar a cargo de investigar esta clase de fusiones. Lo habitual es que entre ellas decidan cuál estudia cada caso.
No está muy claro si Microsoft tiene la idea de lanzar títulos exclusivos para Xbox y Windows PC en el futuro, lo que sería un golpe para Sony. Lo mismo que si las nuevas actualizaciones de Call of Duty, World of Warcraft y Candy Crush sólo estuvieran diseñadas para XBox.
Sony, con sus PlayStation, vende más en el mundo de los videojuegos que Microsoft en términos de hardware y que una gran porción de las ganancias de Activision-Blizzard provienen de los jugadores de las distintas versiones de PS.
Microsoft, Activision, compra e investigación
El objetivo de Microsoft es cerrar la compra a mediados de 2023, pero deberá enfrentar la estrategia más dura de la FTC de los últimos años, desde que asumió la nueva presidenta Lina Khan.
A finales del 2021, la FTC presentó una demanda para bloquear la compra de ARM por parte de Nvidia por 40.000 millones de dólares debido a la preocupación de que el acuerdo sofoque la competencia en el segmento de negocio de los centros de datos y de las computadoras para vehículos.
Es más, tanta presión ha ejercido que Nvidia estaría preparando desistir de la compra y SoftBank, actual dueño de ARM, tendría la intención de hacer pública la compañía si la venta fracasa.
Según Reuters, si la compra de Activision fracasa, el gigante tecnológico se ha comprometido a pagar un arancel de ruptura de 3.000 millones.