En meses recientes ha quedado en evidencia que plataformas sociales como Facebook son caldo de cultivo para la manipulación en beneficio de políticos y marcas. Ahora un estudio de Noriega ofrece más datos para analizar.
Este año ha sido complicado para las grandes compañías de internet, especialmente para Facebook, luego de que se descubrió de que la compañía Cambridge Analytica utilizó la plataforma para la manipulación de las personas en temas políticos, específicamente durante el proceso electoral de 2016 de Estados Unidos.
Este caso encendió los focos rojos para algunas autoridades y el Parlamento Europeo votó en favor de la General Data Protection Regulation (GDPR) que estableció nuevas reglas en torno a lo que las empresas pueden hacer y no con los datos privados y no tan privados de los usuarios. Fue por esto que semanas atrás prácticamente todos los servicios actualizaron sus políticas de privacidad.
Ahora se publicaron los resultados de una investigación realizada por el Consejo Noruego del Consumidor, una organización que funciona de forma independiente al gobierno pero con recursos públicos, sobre lo que hacen Facebook, Google y Microsoft.
El estudio titulado Deceived by Design o Engañado por el Diseño, se analizaron muestras de la interfaz de configuración de la red social, el buscador y Windows 10.
Se encontró que las opciones que las plataformas muestran por default son las que ofrecen menos privacidad y control sobre el uso de sus datos a los usuarios, es decir, si no se mueven quedan en beneficio de las compañías y no del consumidor.
Además, se muestran ejemplos de cómo a los usuarios se les brinda la ilusión de control en las pantallas de configuración de privacidad.
Los investigadores señalan que empresas como Facebook utilizan el “nudging” (algo que se traduce al español como un empujón suave) y los patrones oscuros (dark patterns) para manipular la conducta de los usuarios.
En torno al nudging, las compañías influyen en las decisiones para que se tomen no por raciocinio sino por otros factores como satisfacción a corto plazo y la confirmación de creencias pre-existentes.
En el caso de los patrones oscuros, estos se refieren al diseño de una interfaz planificada para que los usuarios hagan cosas que no querrían hacer pero que benefician al negocio en cuestión, es decir, que actúen en contra de sus propios intereses.
Este tipo de maniobras van desde el color que se utiliza para los botones hasta la presión que se provoca al señalar que un producto o servicio está a punto de acabarse.
En resumen, el estudio indica que mientras la GDPR permite a los usuarios manejar mejor sus datos personales, las plataformas utilizan una serie de tácticas para presionar o llevar a los consumidores a compartir el mayor número de datos posible.