El tĆ©rmino āESGā (Environmental, Social, Governance, por sus siglas en inglĆ©s), se asocia de golpe a temas relacionas con el medio ambiente y el planeta. Pero estos son apenas una parte de uno de sus elementos, pues el concepto es mucho mĆ”s ambicioso. Comprende estos tres factores clave cuando se trata de medir la sustentabilidad y el impacto Ć©tico de una inversión en un negocio o una compaƱĆa.
Es un término genérico utilizado en los mercados de capital y por los inversionistas para evaluar el comportamiento de una empresa, que manifiestan la existencia de sistemas y protocolos en función, que aseguran rendición de cuentas y el manejo racional de la huella de carbono. El número de fondos de inversión que incorporan el ESG ha estado creciendo rÔpidamente en la última década y se espera que asà continúen los próximos diez años.
Los factores ambientales, sociales y de gobernanza, son un subconjunto de indicadores del desempeƱo no financiero de una compaƱĆa. Cubre cuestiones sociales como las prĆ”cticas laborales, la gestión del talento y la seguridad de los datos. Asuntos de gobernanza como la diversidad del Consejo, la remuneración de los ejecutivos y la Ć©tica empresarial.
Un estudio reciente reveló que los inversionistas que seleccionan inversiones evaluadas en su ESG, reciben el doble de dividendos en la forma de bajo riesgo y una mejor tasa de retorno. Negocios que adaptan los estÔndares ESG tienden a ser mÔs conscientes, menos riesgosos y, en consecuencia, tienden a ser mÔs exitosos en sus objetivos a largo plazo.
A pesar de estas condiciones favorables, existe una división entre las partes interesadas sobre cómo gestionarlo y comunicarlo y, quĆ© significa el tĆ©rmino. Cada vez son mĆ”s los inversionistas que solicitan a las empresas información sobre riesgos relacionados con ESG para definir evaluaciones a largo plazo y respaldar sus decisiones de inversión. Sin embargo, muchas empresas divulgan información ESG de manera inconsistente y en un formato difĆcil de digerir.
Los inversionistas estĆ”n alineando cada vez mĆ”s sus mensajes y prĆ”cticas de participación para dejar en claro que quieren que la información relacionada con ESG, sea rigurosa, responda a preguntas crĆticas y resulten Ćŗtiles para evaluar su estrategia y el riesgo.
Sin embargo, muchas empresas no tienen claro por qué les piden esa información, qué datos exactos quieren y en qué forma los quieren. A algunas les preocupa proporcionar referencias que pueda ser mal interpretadas o mal aplicadas. AdemÔs, existe poca alineación alrededor de los estÔndares para los informes, incluso cuando las empresas brindan buenos datos sobre temas relacionadas con ESG, es posible que los inversionistas no puedan compararlos con sus pares.
La carencia de un estÔndar para emitir un reporte, crea un clima informativo poco confiable, tanto para las empresas que no tienen la certeza de lo que tienen que informar y los riesgos que esto pudiera generar, asà como para los inversionistas, que consideran que muchos de esos datos no son certeros o comprobables.
No informar correctamente, no solo trae implicaciones sobre las decisiones de los inversionistas, sino que tiene otros ingredientes que incluso golpean la reputación de una empresa, en tĆ©rminos de su compromiso con la transparencia y algo aĆŗn mĆ”s crĆtico en este caso: la credibilidad.
El tema de la comunicación del ESG no debe de quedar aislado o soslayado, entre la alta dirección, el departamento de comunicación corporativa, el de relaciones con los inversionistas y el de responsabilidad social corporativa. Definitivamente debe de haber una coordinación que se preocupe por entender lo que piden los stakeholders y responderles de manera oportuna.
La brecha en este sentido persiste, pero es posible de superarla si ambas partes hacen su tarea. Los inversionistas, por un lado, tienen que enviar un mensaje nĆtido y consistente, dejando claro lo que estĆ” en juego; eso aumentarĆa las probabilidades de obtener una respuesta puntual de parte de la empresa. Mientras quĆ©, bajo la presión de los inversionistas, las organizaciones se sentirĆ”n comprometidas para desarrollar nuevas normas de información estandarizada y creĆble, para respaldar las evaluaciones de riesgos y valor a largo plazo.