Actualmente, diversos sectores industriales destinan recursos para la investigación y desarrollo de tecnologías limpias a fin de mudar su producción a otro tipo de métodos que no afecten al medio ambiente, siendo el automotriz uno de los más avanzados en este sentido.
Más allá de alinearse con los patrones de consumo, ya que la generación Millennial centra la preferencia por ciertas marcas, productos o servicios que integren en sus políticas esfuerzos a favor de la naturaleza y las causas sociales, la mudanza tecnológica obedece a la importancia del cuidado del planeta.
De tal modo que, una reciente investigación concluyó que las emisiones de gases de efecto invernadero pueden reducirse y almacenarse en bosques, tierras de cultivo, pastizales y demás, utilizando soluciones climáticas naturales.
Según Europa Press, se espera que los hallazgos fomenten los esfuerzos para garantizar que se logren prácticas de protección, restauración y mejora de la gestión de la tierra a gran escala necesarias para estabilizar el cambio climático al tiempo que se satisfaga la demanda de alimentos y fibra de la tierra a nivel mundial.
El estudio reveló también que tomando en cuenta la reducción en costos, se calculó que las soluciones climáticas naturales podrían reducir las emisiones en 11 millones 300 mil toneladas para 2030, lo que equivale a parar la quema de petróleo así como el 37 por ciento de reducciones para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados para dicho año, de acuerdo con la agencia de noticias.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) refieren que tres mil 900 millones de hectáreas o 30.6 por ciento del área total del planeta son bosques, por lo que es a través de este recurso es posible reducir de forma sostenida la emisión de carbono.
Debido a la problemática que representa la generación elevada de dióxido de carbono, derivado de la utilización de mecanismos a favor de la producción para cumplir con los compromisos de demanda, aunado con el uso de mercancías y servicios que atentan contra el medio ambiente, tanto gobiernos como empresas han elaborado diversos planes de trabajo para que sea en la década del 2030 cuando se concreten las revoluciones tecnológicas y se enfrente la oferta y demanda de modo distinto.