Tenemos la idea de que Internet nos ha hecho libres, que estamos enterados de lo más importante e informados permanentemente, bien informados, suponemos. Al respecto quiero preguntarles: ¿cuántos de ustedes vieron el video de la mujer que es devorada en China por unas escaleras eléctricas de un centro comercial? O, ¿cuántas veces dieron play al video del hombre que ahoga a su hijastra en una piscina en Michoacán?
Tan sencillo como que Internet vende y nosotros vamos comprando, sin casi reflexionar al respecto, qué digo casi, en miles de ocasiones de forma automática, como robots. Muchas veces impulsados por el morbo, la pereza y la curiosidad. Nos hemos convertido en clientes fáciles de atrapar, me refiero a la información que consumimos, pero al final de cuentas lo barato sale caro.
Ojo, Internet son mares y mares de información sin forma. Quiero decir, útil, inútil, tonta, trascendente, etc. Si nos dejamos llevar por sus olas, en menos de nada nos veremos gastando el tiempo en la lectura de las noticias más amarillistas e inútiles o impactados por flashes de información sin contexto sobre los refugiados de Siria, para luego no dedicarle un tiempo necesario a entender lo que está pasando en Siria.
Cuando navegamos un buen rato, queda la sensación de que todo lo sabemos. Creemos que desde los titulares de los medios que tenemos elegidos en nuestra redes sociales, tendremos un panorama completo. Pues no es así. Estamos siendo ahogados por información meramente basada en simples titulares y dos líneas de desarrollo: retazos de acontecimientos que, por supuesto, nos dejan impactados… Trozos de sucesos que no nos dicen nada ni nos sitúan en ninguna parte, mucho menos enriquecen nuestro criterio.
Hijos que matan a sus padres, padrastros que ahogan a sus hijas, periodistas que hacen zancadilla a los refugiados que huyen, escaleras eléctricas peligrosísimas, miles de refugiados que buscan hogar, asesinatos en vivo por parte de una organización llamada ISIS, anécdotas de violencia contra las mujeres en muchos lugares, mujer sentenciada a ser violada por crimen de sus hermanos, gente que se suicida porque se supo que estaba inscrita en portal para tener sexo con desconocidos…
Y al final, no tenemos idea de qué está pasando en este mundo, y reducimos todo a dos accidentes, un asesinato y un par de noticias tontas de farándula. Terminamos envenenados de información que nos llega de forma compulsiva. Consumimos lo que no nos nutre, nos volvemos obesos mentalmente con tanta porquería. No olvidemos que Internet es un enorme basurero de noticias recortadas, de anécdotas acomodadas, de venta de cualquier información sólo a cambio de entradas y likes.
Por eso es clave saber elegir qué leemos y qué medios forman parte de nuestros perfiles de Facebook, por ejemplo. ¿Tenemos tanta vida como para dedicarle horas a ver videos y videos que algún editor de una página web colgó para entretener nuestra atención? ¿Vamos a llenar nuestra cabeza y nuestras almas de impresiones sin sentido?
Les hablo de esto porque estoy decidida a hacer una limpieza de mi tiempo. Estoy decidida a saber, a investigar sobre los temas que más me interesan. Estoy decidida a no dejar en manos de la desidia lo que entra a mi mente. Estoy decidida a no comprarle cualquier cosa a la enorme tienda virtual que es Internet. Estoy decidida a ser selectiva acerca de la información que consumo. Creo que me estaba envenenando.
¿Ustedes?