El Internet de las Cosas, conocido en inglés como Internet of Things (IoT) nace con la tercera etapa del desarrollo web. Como su nombre lo sugiere, esta tecnología consiste en conectar a la red con cosas y no sólo con personas.
De acuerdo con una investigación de Aruba Networks, el 57 por ciento de las compañías ya adoptaron esta tecnología y para el 2019 se espera que el número incremente hasta llegar al 85 por ciento.
El valor diferenciado que ofrece el Internet de las Cosas a las empresas consiste en la generación de productos y servicios innovadores. Por ejemplo: a finales del 2015, 30 modelos de automóviles de General Motors funcionaban como Wi-Fi hotspot con capacidad para conectar hasta 7 dispositivos móviles.
Y de igual forma, distintos sectores podrán utilizar esta tecnología para aumentar su productividad y así reducir costos de labor, energía, etc.
¿Cómo funciona?
Trabaja con sensores
Busca regular o monitorear al alcance de un clic, por medio de sensores colocados en cosas para medir temperatura, presión, velocidad, etc.
Agiliza procesos
Se utiliza inteligencia artificial en los procesos manuales para sacar la mayor productividad de las cosas.
Almacena datos
Se conectan objetos como un reloj, un termómetro, una cámara, etc. a la web y los datos que provengan de ello se almacenan directamente en la nube.
Formatos especializados
A diferencia del internet normal que ofrece formatos para dispositivos móviles o para PC, esta tecnología se personaliza de acuerdo con las necesidades específicas de cada proceso laboral.
De acuerdo con un estudio publicado por Goldman Sachs, se estima que para el 2019 el Internet de las Cosas tenga la capacidad de conectar hasta 28 billones de cosas a la web. Desde un brazalete, hasta un automóvil. Esta tecnología impactará tanto la manera en la que vivimos dentro de casa, como la forma en la que funcionan las grandes ciudades.