Hace unos días, traté el tema del empleador como marca y su relevancia para atraer y retener talento, e incluso, su impacto en beneficio de la imagen de la empresa y de su reputación. También mencionaba, como cuando se habla de branding inmediatamente lo asociamos con esfuerzos externos y se nos olvida, que el público más importante para una organización es precisamente el interno.
Los empleados son su activo más valioso, y si ellos no creen en su marca, en su razón de ser, difícilmente sus clientes lo harán. Cuando se alinean los valores de los empleados con los valores de su empresa, se crea una cultura sólida y un mensaje poderoso que comienza en el corazón de la propia organización. El proceso de alinear los valores de los empleados con los valores de su empresa, es lo que se conoce como internal branding. Se trata de crear una cultura en la que todos trabajen hacia el mismo objetivo.
Si los empleados saben lo que el negocio está persiguiendo, tendrán entonces una mejor comprensión de sus roles.
Cuando se tiene una marca interna fuerte, trasciende en contar con empleados más identificados y comprometidos y, por ende, más productivos. Y cuando los empleados aman a su empresa, lo más probable es que se queden por un largo período.
Desafortunadamente, la mayoría de las empresas se quedan cortas cuando de branding interno se trata.
La información se distribuye a través de correos electrónicos o memorandos sosos; los materiales de bienvenida son en general aburridos y las cartas de noticias son innecesariamente formales. Pero eso, no tiene por qué ser así.
Al aplicar los mismos principios de branding externo a la marca interna, los empleadores pueden guiar a los empleados hacia una mejor comprensión del negocio y su misión. Incluso, se puede llegar a inspirar una verdadera pasión por la marca, algo que puede trascender desde los empleados hasta los consumidores. El branding interno que coincide con el marketing externo, se convierte en un mensaje uniforme, potente e integral.
Una fuerza laboral que elogia su marca dentro de sus círculos de influencia, se convierte en una poderosa herramienta de marketing, e incluso puede tener un impacto en los resultados. Estudios demuestran que los empleados comprometidos son buenos trabajadores, lo que contribuye a obtener un mejor producto y a una cultura empresarial sólida.
Para lograr que los esfuerzos de branding interno sean mucho más efectivos se debe involucrar al mayor número de personas posible. De arriba hacia abajo, todos deben estar a bordo con la misión y los
valores de su empresa.
Por supuesto que hay que trabajar en una narrativa y en estimular la conversación, animando a los empleados a compartir sus propias historias, sobre sus vivencias y lo que significa la empresa para ellos. Incluso, pedirles comentarios sobre cómo se puede mejorar la comunicación interna.
El branding interno no debe ser un esfuerzo de una sola vez. Debe de ser algo en lo que siempre se esté trabajando e integrando en sus operaciones diarias. No es necesario esperar a un gran evento o un acontecimiento relevante para comenzar con la marca interna. Se trata de ahora y siempre. Pero cuidado: las personas se resisten al cambio. Por lo tanto, si se comienzan a sacudir las cosas durante momentos de alto estrés, es probable que resistencia sea más aguda. La marca interna también es útil para apoyar otros cambios, como un esfuerzo para la propia marca o una transición en la cultura de la empresa.
El branding interno efectivo comunica su propósito y valores fundamentales y los activa en todos los aspectos de la vida de la empresa. Educar e involucrar a los empleados en cada paso del proceso interno de marca para inculcar la propiedad compartida e inspirar una defensa apasionada, puede asegurarle que los empleados vivan y respiren los valores de su empresa, desde el momento en que entran por la puerta.
El branding interno es una parte importante de cualquier negocio y no debe menospreciarse. Después de todo, los empleados son la cara de la empresa para el mundo exterior. Si no están a bordo, será difícil construir una sólida reputación con los clientes y otros públicos de interés.