David Prowse, la voz original del actor que interpretaba a Darth Vader, no cumplía los requisitos que el personaje requería, explica Ben Burtt el editor e ingeniero en audio que se encargó de dar vida en la consola a tan espectacular leyenda, una vez que George Lucas seleccionó a James Earl Jones para que hiciera el “voiceover” en la etapa de post-producción.
La respiración del personaje fue “producida” por Burtt a través de un regulador de tanque de oxígeno para bucear en una velocidad más lenta que la habitual en la que se suele respirar. Posteriormente combinó la respiración y la voz de Jones en una misma pista y la utilizó para regrabarla en diferentes escenarios como un baño, un cubo de escalera o en un pasillo para obtener nuevas y diferentes versiones “masterizadas” que se afectaban por la acústica del lugar, dando lugar al término que se identificaba como “worldizing” que significa obtener un sonido y utilizarlo en el “mundo real”, esto, como una técnica especialmente aplicada en los principios de la saga con la tecnología o medios que existían a su alcance para desarrollar voces exóticas de diversos personajes trascendentes de la franquicia.
Habiendo explicado esto, la locución cuyo debut público fue en 1977 por parte de James Earl Jones, no era propiamente su voz, la del ser humano común y corriente, la del día a día, sino aquella “fabricada a modo” y solicitud de la producción y que él mismo trabajó y desarrolló por encargo para ser aplicada exclusivamente a un personaje específico y de manera distintiva y única, es decir, es claramente uno de los atributos y elementos concretos, característicos y posiblemente el más icónico de los que forman parte de un personaje determinado, que además tuvo que trabajarse con una serie de especialistas para tomar en cuenta y manejar adecuadamente todos los elementos de una fonación a través de cuestiones físicas, técnicas, emocionales, expresivas, ambientales y personales logrando un resultado categórico y el deseado y, en combinación, reflejen un resultado impar.
1.- Físicas:
a.- Frecuencia (tono): velocidad a la que vibran las cuerdas vocales.
b.- Timbre: cualidad que distingue una voz de otra y que depende de la resonancia de las cavidades de la garganta, la boca y la nariz.
c.- Intensidad (volumen): cuán fuerte o suave es la voz, relacionado con la cantidad de aire que se expulsa y la fuerza con la que vibran las cuerdas vocales.
d.- Rango vocal: espectro de notas que una persona puede alcanzar.
e.- Resonancia: vibración del sonido en las cavidades del cuerpo, como la boca, la nariz y la garganta, lo que afecta la calidad y profundidad del sonido
2.- Técnicas:
a.- Articulación: claridad con la que se pronuncian los sonidos del habla que implica el uso adecuado de los órganos de fonación (lengua, labios, dientes, paladar, etc.).
b.- Proyección: capacidad de enviar la voz de manera clara y audible a una distancia considerable sin forzar las cuerdas vocales.
c.- Control de aire: forma en que se regula la cantidad y el flujo de aire durante la fonación influye en la duración de las frases habladas y el control de la respiración.
3.- Emocionales y expresivas:
a.- Tono emocional: emociones influyen en la voz, modulando aspectos como el tono, el volumen y la velocidad del habla. Por ejemplo, la alegría puede hacer que la voz sea más aguda y rápida, mientras que la tristeza la puede hacer más lenta y grave.
b.- Intención comunicativa: mensaje que se quiera transmitir, reflejando distintos matices de la personalidad y el estado emocional del hablante.
c.- Ritmo y cadencia: patrón de pausas y la fluidez con la que alguien habla, lo que también puede expresar emociones o énfasis.
4.- Factores ambientales y personales:
a.- Edad y sexo.
b.- Salud, condición o situación física.
c.- Hábitos y entrenamiento.
Ahora bien, habiendo muerto Jones el pasado septiembre, parecería que Darth Vader quedaría afónico o por lo menos como hasta el día de hoy se le conoce sonoramente, toda vez que al artista de doblaje o locución que le dio vida en las tres primeras entregas de la saga le será imposible continuar a su lado, sin embargo, gracias a la inteligencia artificial este obstáculo quedó superado tecnológicamente y, en el aspecto legal, no debería existir duda alguna; me explico.
La replicación de la voz humana mediante inteligencia artificial ha sido plenamente superada y casi logrado lo necesario para que sea imperceptible. Por medio de la combinación de varias técnicas, ahora con la ayuda de avances tecnológicos que capturan y sintetizan detalles de la voz imitando el tono, inflexión y ritmo, se logra un aspecto sutil que puede pasar desapercibidamente como real, enseñando con libertad a reproducir el timbre, velocidad y entonación para un resultado más natural y expresivo.
De igual manera, la clonación de la voz mediante un proceso de “deep learning”, se “entrena” a la inteligencia artificial para realizar el análisis y la imitación de voces específicas con absoluta independencia, identificando patrones como el ritmo y las pausas para posteriormente reproducirlos con una alta precisión.
También, la conversión de “voice to voice”, hace que sea transformada manteniendo inflexiones emocionales mediante “costumbres fonéticas”, generando el estilo conocido e identificable de tono, timbre, frecuencia, amplitud, textura y dinámica que se desea recrear.
Jurídicamente y a diferencia de las personas, la voz forma parte de los atributos psicológicos identificables de la imagen de un personaje cuyos derechos plenos respecto de toda la propiedad intelectual que lo revisten le corresponden al creador y/o productor, esto, independientemente de los derechos de la persona que se dedica a la actividad artística, ya sea como artista intérprete, actor y/o locutor / doblaje, ya que las prerrogativas respecto del personaje, no le son propias a pesar de que sea este quien le de “vida” de una u otra forma.
Adicionalmente y de forma contractual, estos derechos de propiedad intelectual son reconocidos expresamente a favor del contratante, por lo que tratar de generar un vínculo emocional por la identificación intrínseca que puede llegar a existir entre actor – personaje para apropiarse del mismo, resultaría estéril y doloso (aunque existen lamentables antecedentes que demostraron de manera exitosa obtener un derecho que no les correspondía).
En el caso Jones – Vader, al retomar lo que se explicó, es decir, que no es la voz real del actor de doblaje (e incluso aunque lo fuera) sino la voz creada para el personaje, su derecho quedó agotado contractualmente al percibir una contraprestación por la prestación de sus servicios, adicional a lo que podría obtener por parte de la sociedad de gestión colectiva que le corresponda derivado de los derechos conexos, así como a recibir el crédito correspondiente (aunque para las entregas A New Hope y The Empire Strikes Back, solicitó expresamente omitir su crédito y fue hasta Return of the Jedi que se le mencionó como tal). Para ejemplificar esto con secuencias similares, así como Mark Hammil no tiene derecho alguno sobre el personaje Luke Skywalker, Harrison Ford sobre Han Solo, o el propio Ben Burtt sobre los efectos respiratorios sincronizados a la voz de Darth Vader, es exactamente el mismo supuesto respecto de James Earl Jones y la voz del Lord.
Así las cosas, y por todo lo expuesto y explicado, a partir de ahora y de ser necesario, a través del uso de inteligencia artificial es que podrá ser recreada la voz que fue generada, entre otras cosas, con la participación de James Earl Jones, para ser vinculada a Darth Vader sin que por ello se genere derecho o prerrogativa alguna a favor de sus causahabientes como consecuencia de su muerte, más allá de un posible crédito a modo de reconocimiento y cortesía por su gran aportación a la vida de tan trascendente personaje, ya que como se indicó, no será más su locución la que se escuche, sino la de un mismo personaje con “diferente” voz pero que dará el “mismo” efecto identificador.
Guillermo Pous Fernández
[email protected]
@guillermopous