Internacional.- Al igual que Youtube tiene sus youtubers, personas que se dedican en cuerpo y alma a colgar vídeos en la famosa red social de vídeo; ahora, en Instagram (una red social para compartir fotos que está causando furor) ha aparecido la figura de los instagrammers, que son usuarios de la famosa red social que han hecho de su actividad en Instagram, su modo de vida.
Y es que estos instagrammers, ahora, además de publicar sus propias fotografías, también insertan, en sus perfiles, imágenes relacionadas con las marcas que se han convertido en sus patrocinadores. Aunque, claro está, estas fotografías no se publican al retortero y el instagrammer en cuestión realiza un filtro de lo que va a publicar o no en su cuenta.
Por ejemplo, Patrick Janelle (@aguynamedpatrick) ha dado recientemente una entrevista a Hubspot, en la que ha dicho, entre otras cosas, respecto a las fotografías que cuelga que “no enseño los platos sucios en el fregadero…Me gusta publicar en tiempo real, en un orden cronológico, para documentar lo que estoy haciendo en ese momento”.
Y, por otro lado, están las marcas que han entrado en el tema de las redes sociales de manera estrepitosa. Y, han visto en Instagram un gran filón para llegar a una mayor cantidad de personas. Así, no es de extrañar que las firmas se hayan asociado con estos instagrammers para que así lancen sus mensajes a su público objetivo.
Para lograr esta colaboración, las marcas, lo que hacen es colar en los perfiles de estos usuarios de éxito, fotografías en las que se muestran sus productos. Aunque, también, las marcas están invitando a estos instagrammers a que hagan acciones de “curator” en su timeline o, incluso, les piden ser los autores de las imágenes que ellos suben.
Aunque parezca una profesión un tanto anecdótica, lo cierto es que el mercado de los instagrammers puede llegar a mover unos 1.000 millones de dólares, por lo que se podría decir que es algo muy rentable. Eso sí, este sector está aún un poco verde, sobre todo para medir los resultados; pero, seguro que, en poco tiempo, vive su explosión y se convierte en la gran burbuja en el marketing de contenidos.