Hablar de innovación en ocasiones nos lleva de inmediato a pensar en tecnología, esto quizás como resultado de la era digital en la cual hemos estado inmersos en estas últimas décadas, sin embargo va mucho más allá, si queremos obtener resultados diferentes tenemos que modificar las variables para lograrlo, ya bien lo decía Albert Einstein “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.
Durante las semanas recientes he estado muy inmerso en el tema de innovación y creación, en esta ocasión no profundizaré en definir dichos conceptos ya que existen varias definiciones que podemos obtener en Google, quiero ir un paso antes.
Para atrevernos a dar el paso y hacer las cosas diferentes debemos salir de nuestra zona de confort, incluso puede conllevar el involucrar un tratamiento de intervención para cambiar o modificar una conducta o comportamiento que esté tan arraigado que debamos dirigirnos con un especialista para que nos haga un plan de intervención.
Antes de dar justo este paso, debe de existir algo o alguien que nos inspire e incluso nos ilumine, siendo esto nuestra fuente de inspiración, para lo cual la reflexión sería, ¿Qué usamos y cómo obtenemos información o experiencias externas que nos haga cuestionarnos lo que estamos haciendo?, ¿Cada cuándo tenemos o generamos estos espacios de inspiración y exploración?, ¿Cómo nos damos cuenta que es necesario hacer un alto y salir a observar para inspirarnos y mejorar, actualizar, modificar o cambiar?
Hablando en el ámbito que más nos compete en esta comunidad de mercadólogos o profesiones afines, debería ser indispensable en nuestras actividades el tener y/o generar sesiones de inspiración (dependiendo de nuestro nivel de responsabilidad, competencias laborales e incluso nivel de influencia en la organización) ya que es bien sabido que las acciones que desplazan el mensaje de corto a largo plazo involucran las variables de emoción e innovación en la forma de haberlo realizado.
Podríamos decir que la inspiración es un impulso interno causado por un medio o persona externa, el cual nos ha motivado para hacer o tomar decisiones conscientes de hacer o realizar cambios o modificaciones totales o parciales.
Sin duda hay factores que nos pueden provocar esos momentos de inspiración, pero es aún más valioso cuando nos tomamos el tiempo para hacer actividades de exploración buscando la conexión para la inspiración, es decir, debemos darnos los espacios en nuestro día a día para tener la mente y los sentidos abiertos (sin distracciones) dejarnos llevar por la inquietud y la curiosidad, eso puede ser estimulado por el escuchar con atención a nuestros clientes e incluso vivir su estilo de vida por un lapso de tiempo, conocer las actividades y acciones de nuestra industria y por tanto de la competencia, y no está de más, el darnos la oportunidad de observar lo que pasa en otras disciplinas, compañías o profesiones, la inspiración puede venir prácticamente desde cualquier fuente, solo debemos estar abiertos a recibiría y proactivamente buscarla.