Uno de los sectores que mayores impactos registró como consecuencia de la digitalización del consumo fue retail, industria que desde la recesión de 2009 presenta dificultades para reactivar su cadena de valor, cuando menos vista desde óptica más tradicional.
Tan sólo en Estados Unidos, el último reporte entregado por Investing sobre el desempeño del comercio minorista indica que durante diciembre pasado, las ventas del sector crecieron sólo 0.6 por ciento, para cerrar el año con un incremento de 3.3 por ciento. A esto se suman los cierres masivos de emblemáticas firmas de la industria así como la baja afluencia en centros comerciales.
En una primera lectura, la tendencia podría atribuirse a la llegada y consolidación del comercio electrónico; sin embargo, contrario a lo que podría pensarse, la realidad es que en la mayoría de los mercados a nivel mundial, el grueso de las compras siguen ocurriendo en canales tradicionales. Pese a que el 67 por ciento de los usuarios inician sus viajes de compra a través de una plataforma o dispositivo electrónico -de acuerdo con Google-, el 95 por ciento de las adquisiciones se realizan en una tienda física, según un estudio firmado por AT Kearney.
Bajo esta línea es claro que el sector retail se encuentra en un proceso de cambio, en el que la adopción de nuevas tecnologías es el paso obligado que traerá consigo tendencias que transformarán para siempre a la industria minorista a nivel mundial.
Al respecto compartimos una infografía que concentra algunos de los datos más importantes que explican este fenómeno.