Por años, la salud y el bienestar se han ido posicionando como potentes tendencias en el mercado internacional. Este concepto se está expresando tanto en el desarrollo de soluciones tecnológicas (en sistemas móviles y en dispositivos tecnológicos) como en las prácticas de los consumidores. Pero los cambios más notables probablemente se han visto en el sector de la comida. En la categoría entran productos conocidos como “superalimentos”, como la quinoa.
Esta semilla pasó de ser un producto relativamente regional a uno de los bienes más populares a escala internacional, especialmente entre los consumidores de Occidente. De hecho, se le ha ido convirtiendo en un ingrediente que acompaña a cada vez más platillos, tanto en los restaurantes más lujosos como en negocios un poco más humildes. Lo anterior significa que se ha creado un mercado multimillonario, tal y como lo refleja un nuevo reporte de Statista.
Sobre la industria global de la quinoa
Curiosamente, aunque este superalimento es cada vez más valioso para el mundo, la oferta de hecho ha ido cayendo. Su máxima producción se alcanzó en 2015, cuando se cosecharon 193 mil 822 toneladas métricas de quinoa. En comparación, para 2019 se generaron solo 161 mil 415. La cifra sigue siendo mucho más alta de lo que era a inicios de la década pasada, antes que este producto ganara tracción. Entonces se generaban solo poco más 80 mil toneladas.
La popularidad de la quinoa a escala global ha beneficiado principalmente a países de América Latina. Para 2020, se estima que los países que más dinero ganaron con la exportación del alimento fueron Perú y Bolivia, con ganancias de 96.8 y 85.8 millones de dólares (mdd) cada uno. De muy lejos les siguen Países Bajos, Estados Unidos (EEUU) y España, con operaciones valuadas en 14.7, 13.9 y 9.4 mdd respectivamente. Pero podría haber una gran razón para eso.
Justamente estos últimos tres países están entre los que más compran quinoa para consumo interno. De todas formas, por desgracia para los grandes productores de este superalimento, su precio no ha ido creciendo tan rápido como el valor del mercado. Todo lo contrario. El pico de su valor por kilogramo fue en 2014, cuando se vendía a 6.74 dólares. En 2020, se estima que apenas se comerciaba por 1.78 dólares el kilo. Revisa la infografía para saber todavía más: