En los últimos años, la evolución de los smartphones ha detonado un sector que durante 2017 generó ingresos globales por 478.7 mil millones de dólares, según datos de GfK. La pelea por el dominio de este sector está liderada por Apple y el iPhone en contra de Samsung y el Galaxy; de igual forma este combate también se llevan al terreno de los sistemas operativos iOS vs Android.
Sin embargo, si trasladamos este combate a la historia y evolución de los teléfonos celulares, ambas marcas, sí bien tienen presencia dentro de los 10 aparatos más vendidos, no se comparan con lo que hizo Nokia durante muchos años.
En la víspera a la era de las cámaras de alta definición, procesadores y conectividad, el diseño, la resistencia y la duración de la batería eran las virtudes por las que se decantaban los usuarios de este tipo de productos. Otro factor a considerar era la sencillez, tal parecía que mientras más funcional era un producto, mejor recepción tendría.
Los modelos de Nokia se caracterizaban por ello, modelos simples y duraderos; no obstante, la tecnología acabó con estos conceptos y con ello cambió los hábitos de consumo de las personas, algo que aprovecharon Apple y Samsung; aunque firmas como Huawei, Oppo, entre otras, buscan impactar en el mercado con modelos de gama media que están al alcance de una mayor cantidad de personas.