El lunes pasado se realizó el Paro Nacional de Mujeres, #UnDíaSinNosotras, iniciativa que busca hacer un llamado enérgico por la violencia que se vive en México desde hace varios años, pero en particular en contra de los feminicidios y violencia de género.
La exigencia es justa y necesaria. Datos del propio Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, revelan una situación preocupante; entre 2018 y 2019, se registraron 976 presuntos feminicidios; el abuso sexual se incrementó un 13 por ciento; mientras que el hostigamiento sexual aumentó 91 por ciento, sólo por citar algunos.
Ante un contexto como este, surgió el movimiento #UnDíaSinNosotras, que convocó a que ninguna fémina se presentara a trabajar, no saliera de casa, no acudiera a puntos de venta; en términos generales a que no fuera partícipe de la actividad económica y social por un día, con la finalidad de hacer una protesta simbólica.
Esto se logró, un gran sector de la población femenina en el país estuvo ausente el lunes 9 de marzo, reclamo al que se sumaron voces y apoyos desde diversos sectores y regiones (Nuevo León, Aguascalientes, Puebla, Ciudad de México, entre otras entidades), incluso desde el extranjero, donde mujeres mexicanas residentes o que se encuentran en otros países, se organizaron para externar que apoyarían el paro nacional.
Un movimiento que dejó un grito enérgico a la sociedad. De cuerdo con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), el paro nacional de mujeres generó un impacto económico por 30 mil millones de pesos, 15 por ciento más de lo que se tenía previsto.
Dada su relevancia e impacto, Extrategia, Comunicación y Medios realizó un sondeo para conocer un poco más sobre las motivaciones y efectos de #UnDíaSinNosotras.
Al respecto, se destaca que el 75 por ciento de las personas consultadas se pronunció a favor del paro y, entre las razones a las que atribuyen su relevancia y trascendencia son: económico (“resignificación de la mujer como ente económico importante”); social (“un grito desesperado para decir que estamos hartas”) y simbólico (“es una protesta para que se den cuenta de la falta que les hacemos”).
No obstante, así como hay voces de apoyo, también hay diferencia. En ese sentido se revela que 20 por ciento de las participantes en la encuesta considera poco efectivo el paro, más de la mitad contó con la facilidad de suspender sus actividades laborales.
Son posturas encontradas pero que merecen el mismo respeto y consideración. A continuación compartimos una infografía con los principales resultados de la encuesta: