La mercadotecnia siempre ha existido en la industria cinematográfica, no obstante, el cine nunca tuvo rival hasta hace pocos años cuando surgieron las plataformas de entretenimiento bajo demanda, como Netflix, Amazon Prime Video o Hulu, al tiempo que el séptimo arte integró nuevas tecnologías para incrementar sus alcances, y actualmente regiones como Asia y Estados Unidos dan empuje a las salas de exhibición.

Pese a las nuevas opciones de entretenimiento, el cine mundial sigue rompiendo récords, ya que en el 2016 tuvo ingresos por 38 mil 600 millones de dólares en todo el mundo, un crecimiento de 5 por ciento, respecto a 2015, según Statista. Además de abrir más salas de exhibición, el cine se apoyó del marketing digital para que sus películas tengan un eco global.

Detrás de una campaña de cine existen carteles tradicionales, teasers, trailers, street marketing, redes sociales, live streaming, apps, páginas web, y posteriormente ediciones limitadas de las producciones taquilleras, las cuales tienen por intención crear un producto que más adelante sea candidato a una estrategia de marketing de nostalgia.

Además, los grandes estudios y compañías productoras de cine han encontrado una fórmula taquillera, que consiste en hacer adaptaciones de todo tipo, desde novelas, hasta cómics, cuya estrategia a largo plazo es volverlas franquicias o trilogías.