-
Social Europe midió cuáles son las redes sociales favoritas en Rusia y Ucrania, los dos países en la mira mundial.
-
Vlad Kilimovich es un famoso tiktoker con residencia en México, quien ha explicado la actual política bélica de su país.
-
Rusia anunció este año la prohibición de Instagram y otros medios ante el conflicto armado que desató al invadir Ucrania.
El influencer ruso Ivan Vitalievich Petunin aparentemente se quitó la vida para evitar ser reclutado por el ejército de Rusia, en medio del conflicto armado en Ucrania, donde el país que gobierna Vladimir Putin ha intervenido, llevando a que creadores de contenido y ciudadanos cometan actos suicida.
La decisión de Vitalievich, también conocido como “Walkie” quedó asentada incluso con un mensaje que compartió en redes, asegurando que se negaba a matar a los suyos, en una decisión que al día de hoy sigue impactando, considerando el efecto que tiene la guerra en la actualidad.
Esta declaración de “Walkie” ocurre en un instante en que diversos creadores de contenidos se han dado a conocer en redes, por sus posturas tanto en contra de la intervención de Rusia en el conflicto armado de Ucrania, como porque han sido protagonistas directos de los incidentes, que en este mercado se han registrado.
Un caso muy interesante al respecto ocurrió cuando Alex Tienda se convirtió en corresponsal de guerra desde su cuenta de Instagram, cuando el conflicto armado detonó en Ucrania, país en el que se encontraba el famoso influencer.
Una cifra que acompaña estas anécdotas fue publicada por Social Europe, donde la plataforma se dio a la tarea de indagar qué redes sociales son las consumidas en Ucrania y Rusia.
Dentro del estimado se advierte que para los rusos hay do redes sociales primordiales, Vkontakte, elegida por el 29 por ciento de ellos e Instagram, elegida por el 22 por ciento, esto antes de que dicha plataforma fuera prohibida por el gobierno ruso.
En el caso de Ucrania, las redes sociales predominantes en este país son Facebook, en un 67 por ciento y Youtube, 64 por ciento.
La interacción que se ha patentado en la actualidad dentro de redes sociales, en medio del conflicto armado de Ucrania, donde Rusia interviene, ha dado paso a importantes actividades y anécdotas que incluso desde México han motivado posturas.
Vlad Kilimovich, por ejemplo, quien es uno de los tiktokers más populares en México, donde lleva residiendo por un largo periodo de tiempo, explicó que no viaja a Rusia, porque eso implicaría ser reclutado por el ejército sin ningún tipo de concesión o explicación para evitar ser enrolado, como parte de la política que actualmente afilia a hombres de ese país al cuerpo bélico en el conflicto con Ucrania.
¿Likes por armas?
Para evitar ser reclutado, “Walkie” como se conocía al rapero e influencer ruso, se había suicidado, tal como queda patentado en un mensaje que dio a conocer a través de su cuenta de Telegram, de las redes sociales permitidas en ese país.
“Si están viendo este video, entonces ya no estoy vivo. No puedo asumir el pecado de asesinar y no quiero hacerlo. No estoy dispuesto a matar por ningún ideal (…) me parece que en los próximos días, la movilización parcial se convertirá en una movilización total (…) Mi decisión final es exactamente cómo voy a morir. Elijo permanecer para siempre en la historia, como alguien que no ha apoyado lo que está pasando y para hacer una protesta final”, dijo.
La declaración pone de relieve la capacidad de las redes sociales en momentos de gran estrés como un conflicto bélico, donde los creadores de contenido asumen un protagonismo único, demostrando que sus decisiones como en el caso de Alex Tienda, convirtiéndose en un corresponsal de guerra inesperado por estar en Ucrania al momento en que se desató el conflicto o Vlad Kilimovich negándose a viajar a Rusia para no ser reclutado, así como “Walkie”, presuntamente anunciando su decisión de quitarse la vida para evitar sumarse a las filas del ejército, son acciones que nos dan cuenta del poder de estos medios para magnificar actos los famosos creadores de historias en dichos medios.
Ahora lee: