Terminó 2017 con una inflación del 6.63 por ciento, mientras que en febrero las estimaciones rondaban en 5.6 por ciento de manera muy optimista se proyectó que para 2018 la inflación sería de 3.8 por ciento.
Hoy, la realidad a casi siete días de haber iniciado el año encontramos un alza en los precios de productos y servicios, el costo de la canasta básica en enero 2017 fue de 2 mil 851.24 pesos para la última medición disponible del año se encontraba en 3 mil 027.86 pesos.
El valor de bienes y servicios en 2017 tuvo un avance de 2.2 por ciento y se estima que para 2018 sea el 2.4 por ciento; sin embargo, no podemos obviar que el PIB real en México en 2016 fue de 2.3 y un año atrás fue de 2.6 por ciento.
Esto nos indica una desaceleración económica al ver que en dos años las actividades primarias (productos básicos y materias primas) así como las actividades secundarias (industrias de transformación) lejos de tener movimientos positivos la tasa de variación se muestra en rojo; México se ha mantenido el PIB en 2017 básicamente por la actividad terciaria, por los servicios cuyo valor aumentó para el tercer trimestre un 3.2 por ciento.
Y esto es una alerta, ya que con un PIB sostenido por los servicios y una inflación que ha aumentado 4.02 puntos porcentuales desde 2015, no es raro que en enero productos como: el huevo manifieste una apreciación del 39.13 por ciento, o el frijol con un aumento del 12.5 por ciento.
Aún con el incremento al salario mínimo general diario del 10.39 por ciento que equivale a 8.32 pesos, una persona tendría que trabajar 274 horas para poder pagar una canasta básica en este 2018.
Con todo este panorama no resulta difícil de creer que la confianza del consumidor se esté viendo afectada. En 2015, la seguridad para adquirir bienes de consumo duradero se encontraba en 91.1 por ciento un año después el índice estaba en 68.5 y aunque al final tuvo un avance de 20.8 puntos porcentuales el consumidor no está dispuesto a invertir en productos y servicios duraderos.
Esta situación no es ajena al conocimiento de las personas ya que en la reciente encuesta “Como se siente México” de Consulta Mitofsky reveló que el 10.9 por ciento de los participantes desean que el gobierno se centre en temas relacionados con la economía del país.
Las negociaciones del TLCAN, la volatilidad del dólar, la inflación y hasta fenómenos naturales se fusionaron casi perfectamente provocando una contracción económica. Sin duda alguna México se enfrenta a un enorme reto en los próximos meses que además de todo son electorales.