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La indisciplina laboral es una conducta que puede ser resultado de afectaciones en empleados que padecieron COVID-19 y enfrentan depresión, ansiedad u otras alteraciones neurológicas.
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El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades estima entre las afecciones por COVID-19, la neblina mental.
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Cifras proyectadas por el IMSS advierten que los trabajadores afiliados a la institución han manifestado afectaciones de concentración y memoria, tras haber padecido COVID-19.
Hablar de indisciplina laboral en el mercado mexicano nos obliga a recordar que el país y el resto del mundo se enfrentaron a una contingencia sanitaria, que llevó a los empleados a confinarse de un momento a otro. Ese proceso fue drástico, como lo está siendo el regreso a la normalidad, tal como lo vemos con cifras que citaremos a continuación y afecciones que están registrándose en el promedio de los empleados en este periodo y en pleno 2023.
Qualtrics, por ejemplo, tiene cifras de la cantidad de empleados que presentaron afecciones en su salud mental desde que se desató la contingencia. El 53.8 por ciento dijo estar emocionalmente exhausto; para un 53 por ciento aumentó su tristeza día tras día; 50 por ciento dijo que está más irritable; un 42 por ciento comentó tener más confusión; para el 38 por ciento se aumentó su insomnia; un 32 por ciento manifestó mayor enojo y en un 24 por ciento se incrementaron los sentimientos de culpa.
¿Indisciplina laboral?
Tras la contingencia sanitaria se registraron afecciones a la salud de las personas, que padecieron COVID-19 y la indisciplina laboral que padecen los centros de trabajo, puede ser resultado de los síntomas neurológicos que se desataron a raíz de este fenómeno.
Cifras del Centro Para el Control y la Prevención de Enfermedades estimaron que entre las afecciones posteriores por el COVID-19 están el cansancio, la fatiga, fiebres, tos, dolor de pecho, palpitaciones; pero entre los síntomas neurológicos de esta larga lista de padecimientos están el malestar generado por el esfuerzo mental; dificultad para pensar o concentrarse, también conocido como neblina mental; problemas para dormir, depresión y ansiedad.
En cuanto a estimados de la Dirección Normativa de Salud del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), advierten que hasta un 15 por ciento de las personas que padecieron COVID-19 presentaron afectaciones neurológicas.
Hay reportes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en las que se anota que al tercer trimestre de 2021 se registró una cantidad de 220 mil 907 personas que manifestaron secuelas tras haberse contagiado de COVID-19, en las que fueron comunes los problemas de memoria, concentración y dificultad para dormir.
Ante estas afectaciones neurológicas hay retos para el talento en el lugar de trabajo y es que el 93 por ciento de empleados de entrevistados por Manpower identificó cómo la vida laboral se ha sometido a diversas transformaciones, como la sustitución de personal y la carencia de oportunidades. Debido a ello, los empleados consultados incluso refirieron no querer volver a la antigua forma de trabajar.
Especialistas de la firma de gestión de talento Forhuman enlistaron tres tipos de indisciplina: retardos, robos e incumplimiento de las tareas asignadas.
La indisciplina laboral puede ser resultado de la poca disposición de la mayoría de los empleados a no volver a la antigua forma de trabajo, además de que del universo de trabajadores que padecieron COVID-19, pueden presentar afectaciones neurológicas, por lo que más que un problema de conducta en las oficinas, estamos viendo falta de protocolos para atender a talento afectado por la continencia sanitaria.