Desde el año pasado, Instagram ingresó nuevas herramientas “muy similares” a Snapchat, como filtros e historias, pero mantuvo en secreto su estrategia, que fue copiar y mejorar los diseños integrados.
El copiar y mejorar herramientas de Snapchat le sirvió a Instagram para sumar nuevos usuarios, que hasta abril de 2017 eran más de 700 millones, y se prevé que para 2018 ya supere la barrera de los mil millones de usuarios.
Para su director ejecutivo, Kevin Systrom, no se trata de una mala idea, sino todo lo contrario, se trató de “un buen negocio”, pues argumentó que Instagram nació como una aplicación que concentrara elementos de Twitter, Facebook e Hipstamic, incluso refiere que éstas pueden coexistir, aunque declaró que las críticas fueron justas.
Para Instagram, retomar elementos de otras plataformas no es copiar o robo de propiedad intelectual, sino que es parte del proceso de innovación en las compañías de tecnología. Incluso Kevin sentenció que Snapchat copió otros filtros para adaptarlos.
Además, con el aumento de usuarios, la red social ha sido una excelente plataforma para la industria del influencer marketing, ya que para 2020 ésta valdrá 10 mil millones de dólares, y es que diariamente es revisada por más de 400 millones de usuarios activos.