- Proyecto de ley en Francia propone cargos ambientales y restricciones publicitarias a marcas como Shein, Temu, Zara y H&M.
- El fast fashion ante posibles cambios en su modelo de negocio.
- El argumento apunta a la sostenibilidad y el impacto del fast fashion en el medio ambiente y la economía.
El negocio del fast fashion en su conjunto podría estar viendo en Francia el inicio de un problema global.
¿De qué se trata? La Cámara Baja de Francia aprobó un proyecto de ley destinado a frenar el avance del fast fashion, con medidas que apuntan directamente a gigantes asiáticos como Shein y Temu, pero que también afectarán a marcas europeas con presencia mundial como Zara y H&M.
El proyecto busca reducir el consumo de productos de moda rápida para mitigar su impacto ambiental. Veamos.
El texto legislativo, todavía pendiente de aprobación por el Senado francés, está siendo calificado como “pionero” por los legisladores locales, quienes lo presentan como un esfuerzo por limitar los excesos de la moda ultrarrápida.
Entre las medidas más destacadas se encuentra la imposición de un cargo económico ambiental a los productos de bajo coste, con tasas que se incrementarán progresivamente hasta alcanzar los 10 euros por prenda para el año 2030, dicen en RW.
Restricciones a la publicidad en marcas como Shein, Temu, Zara y H&M
Además de estos gravámenes, la ley propone la prohibición de la publicidad para los artículos de moda barata, así como la obligación para los fabricantes de informar sobre el impacto medioambiental de sus productos.
Estas medidas, según los defensores del proyecto, buscan desincentivar la producción masiva y fomentar la adopción de prácticas más sostenibles en la industria textil.
Sin embargo, las reacciones no se han hecho esperar, especialmente desde las filas de las marcas afectadas.
Shein, en particular, defiende su modelo de negocio argumentando que responde a una amplia demanda y que mantiene una tasa baja de prendas no vendidas en comparación con las compañías tradicionales.
La firma también advierte sobre el impacto negativo que estas medidas podrían tener en el poder adquisitivo de los consumidores franceses, ya golpeados por la crisis económica.
Por otro lado, voces críticas señalan que estas medidas podrían estar más orientadas a proteger a las marcas de moda francesas que a generar un cambio en el comportamiento de los consumidores o en el medio ambiente.
Peter Ford, responsable de sostenibilidad en H&M, dijo que esta legislación tiene más motivaciones proteccionistas que ambientales.
El fast fashion nunca deja los titulares
El debate ha vuelto a poner en relieve la complejidad de abordar el tema del fast fashion, un fenómeno que transformó el panorama minorista en las últimas dos décadas.
Marcas como Zara, H&M, Shein y Temu emergieron como competidores en el mercado global, desafiando a marcas tradicionales francesas en todos los segmentos de precios.
Mientras que los nombres icónicos como Louis Vuitton y Chanel continúan dominando el segmento de lujo, marcas de moda rápida ganaron terreno en el mercado de gama media y baja, atrayendo a consumidores con precios accesibles y ciclos de producción acelerados.
En este contexto, la competencia entre los actores del fast fashion se intensifica, con cada marca luchando por mantener su cuota de mercado y relevancia en un entorno altamente competitivo.
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