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También es posible que la inmunidad ante la COVID-19 decaiga mucho más rápido entre los pacientes de mayor edad
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Asimismo, los expertos encargados del estudio señalaron que no hay una seguridad que la protección sea igual de potente en todas las personas
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Es decir, dos pacientes con la misma cantidad de anticuerpos podrían tener cuadros de infección muy distintos a largo plazo
Una de las estrategias de contención para la COVID-19 que más ha sido refutada a lo largo de la pandemia es la inmunidad de rebaño. Y un nuevo estudio vuelve a pintar esta opción como una muy mala idea. Según El Economista, expertos del Imperial College London e Ipsos Mori analizaron cuánto podrían durar las defensas del cuerpo en pacientes que fueron afectados por el virus. En sus observaciones, descubrieron que la resistencia no es de muy largo plazo.
El estudio analizó a 350 mil personas al azar en Inglaterra entre junio y septiembre. Lo que se observó es que, al inicio del experimento, alrededor del seis por ciento tenían anticuerpos para la COVID-19. Esto, a raíz de una infección de la cual se recuperaron favorablemente.Pero, para el final de este periodo, apenas un 4.4 por ciento de la población estudiada todavía tenía estas defensas activas. Lo anterior sugiere una rápida pérdida de la inmunidad a esta enfermedad.
Además, se descubrió que los casos asintomáticos pierden defensas contra la COVID-19 más rápido que los pacientes más grave. Entre el inicio y el fin del experimento, poco más de una quinta parte de quienes vieron señales claras de la enfermedad perdieron los anticuerpos. Pero esta proporción fue de 64 por ciento entre quienes ni siquiera notaron haber sido infectados. Lo anterior sugiere, de nuevo, que buscar la inmunidad de rebaño es algo incluso imposible.
Malas noticias para la lucha contra la COVID-19
Estos resultados se dan en un momento en el que muchos países del mundo, incluido México, están pasando por una posible segunda ola de casos. En un nuevo estudio de El Financiero, se ha disparado la cantidad de personas que creen que todavía el país está en una etapa de crecimiento en casos de COVID-19. Paralelamente, ahora apenas una quinta parte de toda la gente encuestada por el medio cree que los enfermos han disminuido y el virus “va de salida”.
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El concepto de inmunidad de rebaño ha sido notablemente mencionado a lo largo de toda esta pandemia. Sin embargo, agentes como Nature ya han señalado la peligrosidad de esta técnica para lidiar con la crisis de COVID-19. Aún si las defensas para este virus se mantuvieran en el sistema a largo plazo, tratar de crear anticuerpos de forma natural en la población podría ser una mala decisión. Esto, porque aún así se verían muchas muertes y hospitalizaciones totales.
¿Lo anterior significa que una vacuna tampoco podría ser una solución efectiva ante esta crisis sanitaria? No necesariamente. En datos de The Conversation, los fármacos pueden diseñarse para generar una respuesta inmune mucho más poderosa contra la COVID-19 de lo que podría causar una infección natural. No solo eso, sino que se evitaría que el primer encuentro con el virus sea tan complejo como podría serlo, pues la respuesta del sistema es mucho más lenta.
La esperanza de la vacuna
De nuevo, este tipo de estudios demuestran que la mejor apuesta de todo el mundo es llevar a cabo ciertas buenas prácticas de higiene hasta que se tenga una vacuna adecuada. Pero eso no significa que el desarrollo del fármaco no haya sido accidentado. Hay casos llamativos al estilo de AstraZeneca, que perdió a un paciente que participaba en las pruebas de su solución a la COVID-19. Lo anterior ha contribuido a minar la confianza de los usuarios en la fórmula.
Pero algunos agentes también están tratando de desarrollar sistemas para fomentar mayor confianza entre el público hacia la vacuna para la COVID-19. Un ejemplo notable es el del mismo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El ejecutivo federal prometió que, en cuanto estuviera lista la fórmula en México, no solo sería de los primeros en inmunizarse. Dijo que lo haría en plena conferencia mañanera, para convencer a la población que no hay riesgo.