Por Guillermo Pérezbolde
Twitter: @gpbolde
Cada semana entran a redes sociales cientos de empresas en todo el mundo buscando ser parte de esta revolución, y las primeras a las que voltean a ver son Facebook y Twitter por la cantidad tan grande de usuarios que tienen, que en conjunto llegan a los mil millones de usuarios. Hasta ahí todo suena muy bien, lo que ellas no saben es que jamás llegarán a tener siquiera la mitad de todos esos usuarios, aunque tengan un presupuesto millonario para ello.
En los medios sociales sucede un fenómeno contrario a lo que ocurre en los medios tradicionales como la TV o la radio, en donde en función del volumen y perfil de la audiencia se busca entrar en ellos. En el caso de las redes sociales, igualmente cada una tiene un perfil en ocasiones no tan bien definido de sus usuarios, pero que al final puede servir como base para decidir entrar en ellas. La verdadera diferencia viene al momento de abrir un perfil, ya que en ese momento todos sin excepción tienen cero seguidores y deben comenzar a partir de ahí el proceso de generar una audiencia con quién comunicarse.
Puede resultar muy atractivo el hecho de que Facebook tenga más de 750 millones de usuarios; ningún canal de TV, radio o periódico en el mundo cuenta con esas cifras, ante lo cual hay que hacer esta observación: Ningún usuario puede tener como seguidores al 100 por ciento del universo de usuarios que conforman a la red social. En otras palabras, ningún usuario puede tener como amigos a los 750 millones de usuarios que tiene Facebook como universo.
La explicación a esto es simple y al mismo tiempo compleja, ya que el universo de personas que componen a cada red social está compuesto por varios tipos de perfiles: activos, falsos y pasivos, dentro de los cuales hay muchas variantes, por ejemplo, se encuentra gente que abrió un perfil y nunca regresó a el, otros que ya fallecieron y sigue abierto su perfil, otros que olvidaron su contraseña y crearon uno nuevo, etcétera.
Adicionalmente a que existen distintos tipos de perfil, cada usuario tiene sus propias preferencias en cuanto al seguir e interactuar con otros; por ejemplo, en Twitter hay mucha gente, más del 70 por ciento que únicamente entra a leer lo que otros postean y no les interesa publicar ni relacionarse, y este mismo fenómeno sucede en otras redes sociales.
Basado en lo anterior es prácticamente imposible que un usuario pueda tener siquiera el 50 por ciento del universo de usuarios que componen a una red social.
Un ejemplo muy claro de esto se da en Twitter, donde el universo es de más de 250 millones de usuarios y el perfil con más seguidores es Lady Gaga y tiene casi 12 millones. Por su lado, en Facebook, con un universo de más de 750 millones, la página con más fans es Coca-Cola con casi 33 millones.
Se podría pensar que esto se da únicamente en redes que llevan algunos años, pero en realidad se da en todas, aún en las de reciente creación como Google+, que a unas semanas de haber sido lanzada al mundo en fase beta tiene ya cerca de 30 millones de usuarios y los tres perfiles con más seguidores (Mark Zuckerberg, Larry Page y Sergey Brin) no tienen en conjunto siquiera el 20 por ciento del universo total.
En conclusión, no permitamos que agencias y consultores de social media nos quieran hacer creer que podemos llegar a los cientos de millones de usuarios que hay en redes sociales; podemos llegar a muchos, pero nunca lograremos llegar a todos y realmente no debería ser ese nuestro objetivo, ya que mientras mejor segmentada esté la audiencia, mucho mejor recibirá nuestros mensajes.
El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor.
