Durante principios de los dosmiles, encontrábamos la mención de las estrategias IMC (Integrated Marketing Communications) por toda la industria. Más tarde, durante la década actual pareciera que la tendencia son las estrategias 360.
Ambas estrategias buscan la integración de diferentes medios dentro de una campaña de promoción. Sin embargo, y contrario a lo que muchos creen, no son sinónimos. Una campaña 360 no es un rebranding del IMC; son dos estrategias distintas que emplean una variedad de herramientas diversas, pero que en su propia manera, las hilan de forma única.
La campaña IMC integra diferentes medios (TV, Radio, BTL y recientemente, redes sociales en Internet), lanzando la campaña simultáneamente en todos los medios y atacando al consumidor desde los diferentes flancos en los que éste se desenvuelve.
Una campaña 360. Va por etapas, se lanza en un medio, y de manera lógica y subsecuente se continúa al siguiente a fin de contar una historia con coherencia interna.
Entonces, ¿Cuál campaña emplear?
Dependerá del producto, pero sobre todo del presupuesto. Una campaña IMC es bastante más costosa, al tener que sostener los diferentes medios de manera simultánea. Una campaña IMC es recomendable cuando se está lanzando un producto, hay poco awareness en el mercado y se cuenta con un amplio presupuesto. Una campaña 360 es recomendable cuando se busca el engagement del mercado vía storytelling; se busca que el mercado se “clave” en una historia a ser contada por la marca.