Evolucionar para no morir. Esta ha sido una de las premisas más importantes en el mundo de la mercadotecnia desde sus inicios y marcas con IKEA lo saben. La firma de muebles acaba de anunciar un rebranding, en donde la imagen que distingue a sus más de 400 establecimientos a nivel mundial se ha modificado, con cambios que aunque menores, buscan mejorar el reconocimiento de la firma.
Al observar el siguiente comparativo, queda claro que os cambios son menores; sin embargo, al analizar el rebranding con detenimiento se pueden observar modificaciones que prometen mejorar la legibilidad de la marca en los distintos formatos y canales que la empresa utiliza para conectar con sus públicos meta.
En primer lugar se puede observar un aumento en la altura del óvalo, lo que permite una ampliación sustancial de las letras. Esto es para dar una mejor legibilidad y visibilidad a la marca.
De igual manera, se redujeron los bordes en todas las letras y el grosor de las barras horizontales (que especialmente en la letra E hizo que el logotipo anterior fuera bastante pesado). En consecuencia, el espacio vacío en la letra A también ha aumentado, mejorando la legibilidad del logotipo incluso en dimensiones muy pequeñas.
Rebranding como recurso estratégico
Si bien los cambios son mínimos y la imagen de la firma se mantiene como la mayoría de los consumidores la tienen en mente, lo cierto es que este es un ejemplo de como una acción de rabranding puede funcionar desde arista mucho más estratégica antes que táctica.
Desde Marketing Insider Group, indican que un buen cambio de marca puede ayudar a una empresa a conectarse de mejor forma con un mercado objetivo nuevo o modificado, o ayudar a mantener un negocio a la vanguardia de la mente de sus clientes.
Esto va más allá de los elementos visuales. El movimiento de IKEA busca adaptar su identidad visual a los nuevos hábitos de los públicos meta. La sencillez del nuevo logo está pensado para responder a pantallas y espacios de consumo en formatos pequeños; en otras palabras se trata de una jugada estratégica que busca optimizar el consumo de la marca a distintos canales para mantenerse reconocible, memorable e identificable en todo momento, con miras a mantener el negocio a la alza.
Y es que cuando se logra empatar esta parte visual con cuestiones mucho más estratégicas es cuando el rediseño de una marca da por resultado una imagen memorable que no sólo significa una diferenciación, sino que además representa nuevas oportunidades de negocio.
Recordemos que Cuando una imagen de marca logra ser memorable atrapa la atención de las audiencias un 13 por ciento más que aquellas cuyo fondo sólo es informar, al mismo tiempo que consiguen que los consumidores sean 7 por ciento más propensos a conocer sobre una firma y un 6 por ciento más a pensar que la marca tiene mejores niveles de innovación que su competencia, según estimaciones de Siegel+Gale.