El crecimiento exponencial en producción y almacenamiento de datos por parte de marcas, agencias y consumidores ha facilitado una nueva avenida de expresión creativa. La fusión de datos —o big data — con ideas y estrategias creativas se ha convertido en el nuevo horizonte para las marcas.
Hoy las agencias y marcas no se sienten satisfechas con segmentar correctamente al consumidor, ahora buscan ser más eficientes con la asignación de presupuestos y coincidir con el cliente final sólo en el momento exacto en que sea necesario. Para IKEA este principio es fundamental, la marca de muebles ha invertido en todo tipo de estrategia para tener más de una intersección con sus compradores, desde virales, catálogos hasta el uso de big data para optimizar campañas. Según Andy Hobsbawm, co-fundador de Everything, “el cambio está llegando de manera acelerada al mercado”, “la era de productos inteligentes, conectados y con una voz real” está frente a nosotros.
IKEA ligó información ambiental a sus esfuerzos de marketing con el objetivo de incidir en los patrones de compra. IKEA sabe bien que sus consumidores no visitan sus tiendas en días soleados, con este eje estratégico en mente el presupuesto publicitario se asignaba automáticamente para favorecer ciudades con un clima nublado. El resultado tangible fue un incremento del 40 por ciento en clics a banners con un retorno sobre la inversión del 24 por ciento comparado con el año anterior.