En una conversaciĆ³n entre colegas de la industria de la comunicaciĆ³n acerca de la imagen de una empresa dominante en el mercado mexicano cuyo logo remite claramente a un accesorio obsoleto, alguien preguntĆ³ -Āæy por quĆ© tendrĆan que molestarse en cambiarlo?
La misma pregunta, planteada por otra persona, tal vez hubiera suscitado una cĆ”tedra relĆ”mpago acerca de la construcciĆ³n de la identidad corporativa, de su papel en la relaciĆ³n con los diversos stakeholders, y de su impacto en resultados de negocio. Pero viniendo de un respetado ejecutivo de alto nivel de una empresa internacional reconocida por su postura de avanzada en materia de marcas e innovaciĆ³n, la respuesta acadĆ©mica se obviĆ³, cediendo el paso a una conversaciĆ³n que partiĆ³ de consideraciones estructurales, que podrĆan resumirse en falta de competitividad, para dar un giro hacia un terreno mĆ”s subjetivo: la psicologĆa de los tomadores de decisiĆ³n de las grandes empresas.
Identidad corporativa es la construcciĆ³n simbĆ³lica que define e identifica a una instituciĆ³n, articula su razĆ³n de ser y su manera de manifestarse en el mundo. Su poder reside en que opera sobre las percepciones y comportamientos de los stakeholders.
En ocasiones, atribuimos cualidades humanas a las empresas, meras entidades jurĆdicas. “Tal empresa es responsable”, por ejemplo, es una figura retĆ³rica, pues las empresas carecen de voluntad. DeberĆamos referirnos a la responsabilidad que se observa en las personas, o bien, a las polĆticas de la empresa que incentivan un comportamiento responsable. Hasta que la inteligencia artificial nos alcance, la toma de decisiones dentro de las empresas seguirĆ” marcada por la psicologĆa y emociones de individuos con cara y nombre.
Un programa de identidad corporativa de fondo requiere ambiciĆ³n y voluntad de cambio, implica una redefiniciĆ³n de la empresa, la apropiaciĆ³n de una nueva cultura, un nuevo aspecto, y diversas tareas ejecucionales. Se incursiona en un camino que, a priori, parece largo, arduo e incierto, particularmente tratĆ”ndose de compaƱĆas grandes y complejas, excesivas en formalidades y procedimientos, con poco involucramiento personal en el proceso por parte de los tomadores de decisiĆ³n. Entonces, en una situaciĆ³n de aparente estabilidad, donde las expectativas de desempeƱo se han ido adecuando paulatinamente a la propia inercia de la compaƱĆa, resuena la pregunta – Āæpor quĆ© molestarse…?
En realidad, un programa de identidad corporativa es tan simple como Ć”gil y ordenada sea la empresa donde se implementa. A grandes rasgos, un proceso simple y tĆpico comienza con una definiciĆ³n conceptual: ĀæquĆ© nos define como organizaciĆ³n?, ĀæcuĆ”l es nuestra aspiraciĆ³n?, ĀæcuĆ”les son nuestros pilares estratĆ©gicos?, ĀæquĆ© queremos transmitir a nuestros stakeholders? Estas respuestas se obtienen a partir de insights del mercado, entrevistas a la alta direcciĆ³n y dinĆ”micas de taller, o bien, de un brief pormenorizado. Posteriormente, se traducen estas definiciones conceptuales en expresiones sensoriales, ya sea a travĆ©s de un texto inspirador -llĆ”mese manifiesto-, un nuevo nombre para la organizaciĆ³n, un estilo verbal, logo, lenguaje visual (colores, tipografĆas, estilo fotogrĆ”fico, grĆ”ficos) y otros elementos sensoriales (sonoro, olfativo, tĆ”ctil) que resulten relevantes para la organizaciĆ³n en cuestiĆ³n. Finalmente, se plasma la identidad corporativa en diversos puntos de contacto, por ejemplo, pĆ”gina web, papelerĆa corporativa, oficinas, materiales de comunicaciĆ³n internos y externos, etc.
Son afortunados quienes han tenido un rol activo en un programa de Identidad Corporativa al menos una vez en su vida. Son experiencias de renovaciĆ³n y revitalizaciĆ³n para la empresa y sus colaboradores. Dejan una huella profunda, visible y duradera. Casos histĆ³ricos mexicanos como Telecomm (2014), en el sector pĆŗblico, o CervecerĆa CuauhtĆ©moc Moctezuma (2010), en el privado, son ejemplos notables de cĆ³mo pueden recrearse los elementos caracterĆsticos de la imagen de una instituciĆ³n en un lenguaje moderno y orientado a su futuro.
ColaboraciĆ³n especial por:Ā Ā David Herrera Director de AmĆ©rica Latina, VBAT.