Por Camila González
Twitter: @camilaglz
Cierto, la publicidad es un arte, y como arte denota empeño, dedicación y entrega. Hacer publicidad, corrijo, perdón, hacer buena publicidad es desafiante y no se atribuye a muchos, más bien a pocos, diría yo. Las piezas finales hablan a gritos de quién las hizo, de para qué y cómo las pensó y les dio vida; son vitrinas de talento o de pereza. Eso es, hay publicidad perezosa que invita al sueño y desprestigia la magia de comunicar para persuadir. Para analizar el empeño o la pereza, más allá de los spots gustan o no, eché mano de Huellas de la publicidad y saqué tres anuncios de pinturas.
Este comercial de 1996 de Berel me resulta pobre, justo, tacaño en deseos de ponernos a pensar, a reír, a llorar o a algo. Un niño, el tendero y la elementalidad de herramientas para hablar de buen precio y atributos del producto. Nada más. Una evidencia de esa pereza publicitaria que tanto ofende, a mí al menos, y que no permite tomar simpatía por una marca. Los creativos se agotaron en un mensaje ciertamente lineal y cómodo. Sí, hasta en el arte de la publicidad nos tienta la consabida “zona de confort”.
Año: 1996. Anunciante: Berel. Categoría: pintura interior y exterior.
Quizás un poco menos perezoso resulta ser el anuncio de Ultracolor (2005). Aunque tampoco es la panacea, sí denota deseo de decir lo mismo de otra manera. No deja de ser básico, pero se rescata la dirección clara de su mensaje: pinturas a puro color. De cualquier forma, tampoco se devanaron los sesos concibiéndolo, pero algo más sí le pensaron. Bueno, está bien, aceptemos que el final de su proceso comunicativo raya con el cliché.
Año: 2005. Anunciante: Ultra color. Categoría: pintura interior y exterior
Pero Comex (1998) no economiza ganas de proponer un discurso distinto, y de divertirnos. Se vale divertir en publicidad. Lo que al final cuenta es que la publicidad nos mueva, ya sea el dolor, las ilusiones, el miedo, la nostalgia, la envidia, la ternura, lo que sea, pero que lo haga; que nuestros poros bailen al ritmo de una sensibilidad que no duerme. Este anuncio además de innovador, logra ser trascendental, así es, las paredes de una casa dicen todo de ella, todo de usted y de mí. La pared es la cáscara de una cotidianidad, de tal manera que una pintura es más que una pintura y ya. Bien por Comex.
Año: 1998. Anunciante: Comex. Categoría: pintura interior y exterior