Las tensiones entre Estados Unidos y Huawei parecen no terminar. Aún cuando se hablaba de posibles acuerdos, lo cierto es que la marca china ha comenzado a tomar medidas para continuar con su crecimiento lejos de Estados Unidos y los proveedores americanos.
Durante esta semana se dio a conocer que el teléfono inteligente insignia del gigante tecnológico, el Huawei Mate 30, que se presentó en septiembre, no contiene ningún componente estadounidense, según datos del Wall Street Journal.
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El reporte indica que, después del veto, Huawei fue capaz de fabricar teléfonos de alta gama sion depender de las empresas norteamericanas, lo que supone una fuga de capital interesante para Estados Unidos.
Sólo para ponerlo en contexto, basta con reconocer que durante el año pasado, la marca en cuestión destinó 11 mil millones de dólares en la compra de componentes y servicios de compañías estadounidenses.
Un golpe más
En la misma línea de mantener sus operaciones sin depender de Estados Unidos, Huawei anunció este martes que mudará su centro de investigaciones de la Unión Americana a Canadá, como consecuencia de las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump.
Tal y como lo refieren desde el diario canadiense Globe and Mail, el presidente de Huawei, Ren Zhengfei, manifestó que esta decisión fue necesaria ante lea prohibición de interactuar (y por tanto emplear) a trabajadores estadounidenses.
En etrevista para el medio citado, el fundador de Huawei afirmó que “el centro de investigación y desarrollo se trasladará de Estados Unidos a Canadá”, al tiempo que explico que esta decisión se habría tomado “debido a la prohibición dictada por Estados Unidos, no podíamos comunicarnos con nuestros propios empleados en Estados Unidos, ni por teléfono ni por email”.
La iniciativa costará puestos de trabajo a la economía de Estados Unidos así como la salida de varios millones de dólares.
Lo que se pierde
Desde junio pasado, Huawei confirmó la eliminación de 600 puestos de trabajo en su centro de investigación ubicado en Silicon Valley, cerca de Santa Clara California. Con esta medida, se habría quedado con 250 trabajadores que ahora perderán su empleo cuando menos en tierras norteamericanas.
Por otro lado, miles de millones de dólares destinados por Huawei a temas de investigación y desarrollo se mudarán de Estados Unidos a Canadá.
Aunque el centro que hasta ahora se ubicaba en California no es el único, las cifras del presupuesto destinado a este rubro por el fabricante oriental habla de miles de millones perdidos.
De acuerdo con el reporte “World Investment Report 2019 “ realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Huawei se ubicó en el cuarto lugar global de las empresas multinacionales que más invirtieron en Investigación y Desarrollo (I+D) con 15.3 mil millones de dólares destinados al área durante 2018.
Cuando la inversión se lee en términos de porcentaje de ganancias destinadas a Investigación y Desarrollo, la marca se ubica sólo por detrás de Intel (19.1 por ciento) y Alphabet (15.7 por ciento) con un total de 14.1 por ciento.
Una guerra que parece no tener fin
Huawei es uno de los principales fabricantes y comercializadores de smartphones en el mundo, que además se perfila como uno de los líderes en el dominio de la red 5G, situación que a decir de diferentes especialistas, lo ubica como un verdadero peligro para los planes de expansión y dominio tecnológico de Estados Unidos.
En esta línea, las mediadas tomadas por la administración de Trump para frenar la expansión del gigante chino han sido diversas.
Hace algunas semanas, Reuters reportó que legisladores de la FCC acaban de votar de forma unánime para retirar unos fondos de apoyo relacionados a Huawei y ZTE. Las compañías chinas podrían haber recibido recursos del gobierno de Estados Unidos como parte de un programa de telecomunicaciones para población rural. Sin embargo, el organismo recién decidió que se vetará a ambas marcas asiáticas del proceso, citando cuestiones de seguridad nacional.
Con las medidas tomadas por Huawei, es posible que estas prohibiciones y frenos se hagan cada vez más tensos, con lo que habrá que esperar para ver la posición que esta guerra dejará para otras empresas norteamericanas que se han visto indirectamente afectadas por la situación.