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Estados Unidos y Huawei “chocaron” en Londres en medio de la “guerra fría” tecnológica que las envuelve.
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Huawei quiere obtener los contratos de redes 5G con las operadoras de telefonía británica.
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Donald Trump quiere impedirlo.
El centro de la disputa entre los Estados Unidos y Huawei no está en los teléfonos, sino en la tecnología de telecomunicaciones que está detrás de los dispositivos y que hace que estos se comuniquen.
El problema es que el gigante chino domina a la perfección esta red de software, hardware y protocolos (de hecho, lidera el mercado por sobre Nokia y Ericcson) y lo hará aún más a partir de la masificación del 5G.
Estados Unidos entiende que el gobierno chino podría estar detrás y que dejaría al país de Donald Trump (y otros países occidentales) vulnerables al espionaje de Pekín.
Desde Huawei niegan todo esto, dicen que son puras especulaciones sin pruebas y aseguran que sus sistemas son seguros.
Este miércoles, los dos “polos” de esta “guerra fría” tecnológica se encontraron en Londres, en un evento de la industria organizado por la Henry Jackson Society en el marco de la pronta decisión del Reino Unido en relación con quién extenderá la red 5G en el país.
La compañía china, en su discurso, habló del “papel que Huawei pretende desempeñar en la implementación de tecnología 5G en el Reino Unido” y un funcionario del gobierno de los Estados Unidos advirtió, una vez más, que “millones de personas estarán expuestas” a ser vigiladas si se permite que la tecnología china se extienda en ese país.
El presidente de Huawei para Asuntos Gubernamentales Globales, Victor Zhang, enfatizó la necesidad de generar “estándares unificados en un mundo hiperconectado“, e incluso habló de “preocupaciones comprensibles sobre la seguridad de la tecnología digital y la privacidad de los datos”.
Zhang dijo a una audiencia que incluía legisladores británicos que “Huawei apoya la ambiciosa estrategia digital del gobierno del Reino Unido que decidió colocar a la conectividad en el corazón de la economía; queremos trabajar con los operadores de telefonía del Reino Unido para ayudarlos a lograr esa ambición”.
La otra campana
Pero si las torres de telefonía celular en Londres “fueran manejadas por Huawei”, advirtió luego Robert Strayer, subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos de Tecnología, “todas nuestras llamadas telefónicas podrían ser revisadas, millones de personas en todo el Reino Unido podrían estar expuestas, esto podría ser un mecanismo para robar grandes cantidades de datos”.
Lo primero que le preguntaron a Strayer es cómo resolvería el gobierno el alto costo de desentenderse de Huawei y utilizar los servicios de otra empresa (Nokia o Ericcson), cuyos costos son mayores.
Strayer reconoció el problema y dijo entender “las preocupaciones”, pero agregó que eran “afirmaciones exageradas” y que valía la pena “migrar de un proveedor no confiable a proveedores confiables; siempre hay una manera”, publicó Fortune.
El medio inglés The Telegraph informó que Strayer le pidió al Reino Unido que considerara el costo que generaría para la sociedad el “enorme robo de propiedad intelectual” que hará Huawei, así como “los datos potencialmente entregados a regímenes autoritarios”. “Nos guste o no, China tiene un historial de propiedad intelectual robada”, dijo.
Strayer también le advirtió al Reino Unido que considerara los antecedentes “en todo el mundo sobre corrupción y sobornos” que se han vinculado a Huawei cuando se toma la decisión de permitir que la tecnología ingrese en su red.
Huawei desestimó las advertencias de Strayer: “Rechazamos las acusaciones de los Estados Unidos en Londres. Huawei es una compañía privada independiente que nunca ha estado involucrada en un grave incidente de ciberseguridad en 30 años de operaciones. Sin evidencia, Strayer se basa en estereotipos para argumentar que nuestra presencia de 18 años en el Reino Unido debe terminar”.