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Huawei tiene problemas con la decisión de incluirla en la black list de Donald Trump.
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Pero también los tiene Estados Unidos: miles de empleados trabajan en EE.UU. en proveedoras de la compañía china.
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Nada esta definido en una guerra comercial que crece cada día más.
La inclusión de Huawei a la lista negra de Donald Trump podría afectar a unas 1.200 empresas que son proveedoras estadounidenses casi exclusivas del grupo chino de telecomunicaciones.
Y lo peor: estas emplean a miles de personas, la mayoría altamente calificadas y relacionadas con sistemas de seguridad cibernética.
De acuerdo con datos proporcionados por Huawei al Financial Times, la decisión de la administración de Trump de agregar al grupo chino -y otras 68 empresas relacionadas con la compañía- a la black list, les impedirá comerciar a miles de empresas estadounidenses.
La prohibición entrará en vigor a mediados de agosto, luego de una suspensión de tres meses otorgada a los pocos días de incluir a Huawei en la lista con la idea, justamente, que las compañías estadounidenses puedan reconducir su cartera de clientes.
Huawei, que deberá resolver cómo soluciona las complicaciones que supondrá la falta de respaldo al sistema operativo Android de Google, advirtió que el impacto de la prohibición podría extenderse más allá de los teléfonos móviles y los sistemas de telecomunicaciones.
“Es un gran impacto, pero no una crisis, porque nos hemos estado preparando para esto desde hace mucho tiempo”, dijo Dang Wenshuan, jefe de estrategia de Huawei.
Los mayores problemas para el gigante chino ante la pérdida de acceso a los proveedores de los Estados Unidos incluyen dos áreas críticas: seguridad cibernética y semiconductores. “El gobierno de los Estados Unidos tiene poca intención de resolver este problema. Sólo quiere derribarnos”, dijo al FT Catherine Chen, una de las directoras de la junta de Huawei.
Según el medio inglés, dos tercios de las 19 conexiones relacionadas con software de seguridad cibernética que utiliza Huawei provienen de proveedores de estadounidenses. Y una cuarta parte de los aproximadamente 200 millones de teléfonos inteligentes que envió el año pasado contenían chips de Qualcomm, compañía de los Estados Unidos.
Un tema de US$ 11 mil millones
En total, Huawei gastó alrededor de US$ 11 mil millones el año pasado en la compra de componentes y servicios de compañías estadounidenses.
Otro problema: las fábricas de Huawei en China utilizan numerosas máquinas de origen estadounidense como Dell y Camalot Prodigy.
Según CLSA, la compañía ya ha acumulado reservas de componentes clave de Estados Unidos mientras se prepara para encontrar alternativas antes de que la prohibición entre en vigencia. Esto incluye casi seis meses de reservas para los teléfonos inteligentes y de nueve a 12 meses de inventario para hardware relacionado con las redes 5G.
La consultora le dijo a CNBC que igualmente “será clave cómo avancen las conversaciones comerciales en los próximos meses, porque la situación sigue siendo bastante crítica para su supervivencia futura”.
Un dato clave es saber cómo reaccionará la compañía taiwanesa Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), uno de los mayores fabricantes de chips del mundo y proveedor de los chinos.
Huawei es el mayor jugador mundial en el creciente mercado de las telecomunicaciones, justo cuando se espera que explote con la llegada masiva del 5G. Los otros son Nokia, Ericcson, la también china ZTE y Samsung.