Internacional.- Houston, la cuarta ciudad de los Estados Unidos, debería ser la sede de la final de la NFL a realizarse en febrero de 2016. Sin embargo, la derogación de una ordenanza que prohibía cualquier tipo de discriminación, hace dudar a todos.
La duda surge por varias razones. La primera, problemas de seguridad por manifestaciones y marchas en contra de la medida. La segunda, porque en el estado de Indiana, por una medida similar, se produjo una baja en el turismo tal que hubo que dar marcha atrás.
El tema es sí. Houston derogó esta semana en un referéndum una ordenanza municipal que prohibía cualquier forma de discriminación por orientación sexual, raza, sexo, nacionalidad o salud. Entre otros puntos, la ordenanza planteaba “la equiparación absoluta de los homosexuales y personas que han cambiado de sexo a cualquier otra minoría racial o religiosa o a personas con discapacidades físicas o psíquicas”, publicó El Mundo.
Una norma similar ya ha sido aprobada en más de 200 ciudades y localidades más chicas de los Estados Unidos, y entre sus principales impulsores han estado, desde la Casa Blanca, hasta Apple. Esta es otra de las razones que ponen en duda el SuperBowl en Houston: Las marcas podrían darle la espalda a una ciudad de mentalidad tan retrógrada.
Según los conservadores de Houston, capital del petróleo y sede de numerosos grupos evangélicos protestantes, “la nueva normativa municipal permitiría a hombres vestidos de mujer entrar en baños públicos femeninos y cometer violaciones”. De hecho, “No a los hombres en baños de mujeres” fue el eslogan de la campaña en contra de la ordenanza.
La ordenanza fue rechazada después de una “batalla de casi 18 meses que produjo manifestaciones, disputas jurídicas y acusaciones tanto de intolerancia religiosa como de satanización por parte de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales”, dice AP.
Un problema
Perderse un Superbowl sería un gran problema para cualquier ciudad. Los ingresos son siderales, se vea por donde se vea. Por ejemplo, según datos de Statista con fuente en la National Retail Federation de los Estados Unidos, los gastos que tienen relación con el máximo evento crecen año a año.