Con empleos que desaparecen, empresas apretadas por la situación actual y una emergencia sanitaria que aún no tiene fecha exacta para terminar, el home office se ha metido en el ADN del mercado laboral mexicano.
Esto sucede aún y cuando hablamos de un modelo que hasta hace apenas seis meses era poco visto en el país, pero que ahora mismo ha demostrado ser la salida en más de un sentido.
Empleo a la baja
Para entender la relevancia del asunto es preciso entender que el mercado laboral en México vive una contracción histórica en término de plazas.
Las últimas estimaciones entregadas por Banco de México (Banxico), indican que tan solo entre abril y mayo se perdieron más de 12 millones de empleos en el país tanto ten el sector formal como informal.
De manera puntual, se estima que de los 12 millones 180 mil empleos perdidos en el periodo indicado, 3.72 millones corresponden al sector formal y 8.46 millones al informal.
A pesar de que diversos sectores económicos han entrado a un proceso de reactivación, la realidad es que esta tendencia parece que seguirá, en diferentes proporciones, en lo que resta del año.
Cuando menos así lo indican los pronósticos de Banco Base, mismos que estiman que para el cierre del año se destruirán cerca de 1.86 millones de empleos formales, luego de que en julio (mes corriente) se verían afectadas cerca de 31 mil 543 plazas.
¿Con futuro?
Con este escenario, el home office no sólo es la salida ante temas de seguridad. La realidad es que los empleos temporales repuntaran y los profesionales que apuesten por ser freelance, lo que acentuará la consolidación del home office.
Datos entregados por Statista indican que aunque los empleados a tiempo completo dominan el mercado con 44 por ciento, aquellos que trabajan por su cuenta o son freelancer ya representan el 19 por ciento d ella fuerza laboral, incluso superando a aquellos que trabajan apenas medio tiempo (10 por ciento).
Ante este escenario es crucial preguntarse si el home office tiene futuro en el país. Y es que aunque hay una clara disposición por parte de empleados y empresas, son muchos otros factores los que estarían en juego.
Para dar respuesta vale la pena reconocer estos diez datos* que muestran una radiografía rápida y general de cómo está funcionando ahora mismo el home office en el país:
- Hasta junio de este año, el 73 por ciento de las empresas trabajaban bajo un modelo de home office en el país.
- Los tres principales beneficios de esta modalidad de trabajo son menos tiempo y dinero asignados a los desplazamientos (74 por ciento), aumento de la responsabilidad individual (53 por ciento) y mejor equilibrio entre la vida personal y laboral (48 por ciento).
- PAra el 65 por ciento de las empresas este modelo ha sido efectivo para cumplir con sus planes de negocio, mientras que 28 por ciento lo califica como muy efectivo.
- Sólo un 21 por ciento de los empleados prefiere trabajar desde casa. El 69 por ciento considera que la mejor opción es un modelo híbrido.
- El 57 por ciento de los empleados considera que es menos estresante trabajar desde la oficina.
- Sólo 21 por ciento considera que el estrés ha disminuido al trabajar desde casa.
- A pesar de que 29 por ciento de los trabajadores de la generación Z se identifican como “la generación digital”, 44 por ciento prefiere trabajar con su equipo de compañeros en persona.
- Los empleados aseguran que trabajar desde casa supuso un 35 por ciento de incremento en sus gastos.
- Aunque el 57 por ciento de las compañías implementó el home office, sólo 9 por ciento apoya financieramente a los empleados que laboran desde casa con algún tipo de subsidio.
- Los dispositivos más utilizados para trabajar desde casa son smartphones (88 por ciento), laptop (72 por ciento) y computadora de escritorio (48 por ciento).
Las conclusiones
Con los datos anteriores queda claro que para que el home office tenga futuro en el país es necesario que las empresas cambien.
Los beneficios que pueden encontrar son muchos; no obstante, se hace evidente que existe una falta de estrategia para dar el salto que si bien en un principio fue repentino y obligado, a seis meses de emergencia, las cosas han cambiado poco.
Es cierto que del lado de los empleados debe existir un mayor compromiso; sin embargo, las herramientas parecen no estar dadas y eso está generando un sentimiento importante de incertidumbre para ambas partes.
Según Money Crashers muchas personas tienen problemas gestionando sus horarios de trabajo. A la vez, The Muse cree que también la comunicación con el equipo parece insuficiente, si no es que ausente.
De igual manera, un reciente estudio desarrollado por académicos de la Universidad de Cardiff y la Universidad de Southampton, ambos en Reino Unido, descubrió que un temor común entre los jefes es que los trabajadores que no están a la vista tengan más tiempos muertos de los habituales.
El empleador deberá tomar con mayor responsabilidad su papel como gestor de talento, de lo contrario el home office será una mala experiencia para las partes involucradas.
*Fuentes: Statsita, Departamento de Investigación de Merca2,0, Amipci, OCC Mundial, Willis Towers Watson