El home office es un esquema de trabajo flexible que permite al empleado ejercer sus labores desde su domicilio o en un local libremente elegido por él, sin vigilancia ni dirección inmediata de quien proporciona el trabajo, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo.
Pero, ¿sí o no apostar por esta modalidad? Conoce 3 razones por las que sí y 3 por las que no debes apostar por ella.
Por qué sí
Accountemps concluyó que 28 por ciento de los directores financieros aseveró que al eliminar el tiempo de traslado de sus empleados, creció la productividad en sus firmas.
Los beneficios de hacer home office no sólo implican ahorro económico, sino un entorno laboral ideal para la mayoría de los profesionales de generaciones recientes.
Es tal la motivación que da hacer home office a los profesionales de diversas industrias que la National Bureau of Economic Research (NBER) indicó que “el postulante promedio está dispuesto a aceptar un salario 20 por ciento más bajo para evitar puestos de trabajo con horarios fijos.
Por qué no
Según muestra un documento elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) junto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la agencia de la Unión Europea, Eurofund, el home office puede tener repercusiones graves a la salud. El informe se basó en una investigación realizada en 15 países y entre las negativas muestra la tendencia a prolongar las jornadas de trabajo e incluso un aumento de estrés y mayor intensidad de trabajo.
Países como Francia han creado leyes en donde los empleados tienen la oportunidad de desconectarse por completo tanto de su correo electrónico y de su celular al momento de finalizar la jornada laboral.
El trabajo en oficina puede ofrecer pequeños momentos alejados de la computadora, al hacer home office se debe estar pendiente de correos, mensajes o llamadas en caso de ser requerido por alguna situación de la empresa. El documento de las organizaciones señala que los días ideales serían 2 o 3 a la semana.