Durante años, la publicidad de cosméticos y demás productos de belleza se mantuvo enfocada a cautivar al público femenino al considerar que este era el nicho de mercado casi exclusivo para dicha categoría.
No obstante, la cultura social se ha modificado con lo que las marcas de las categorías antes mencionadas encuentran nuevas oportunidades en consumidores masculinos cada vez más preocupados por su apariencia física.
Para darnos una idea, vale la pena mencionar que el género masculino gasta hasta un 70 por ciento más que las mujeres en su cuidado personal aunque no lo reconocen, según estimaciones de la Universidad Jannette Klein, con lo que ocho de cada diez hombres eligen sus cosméticos predilectos, en donde 65 por ciento realiza adquiere dichos productos de forma personal y 35 por ciento encarga esta tarea a un tercero, de acuerdo con datos de Kantar World Panel.
En esta misma línea, un informe entregado por Biotherm Homme refiere que desde 2012 a la fecha, el lanzamiento de productos cosméticos enfocados a los hombres ha registrado un incremento del 70 por ciento.
Frente al panorama que las cifras anteriores dibujan, muchas marcas apuestan por ampliar su oferta para llegar a este nicho de mercado que se mantiene en crecimiento, situación que por lógica implica un cambio en la comunicación comercial.
Al respecto, basta con ver la última campaña lanzada por la marca Obsessive Compulsive Cosmetics (OCC), misma que con el fin de promocionar una nueva línea de labiales lanzó una serie de imágenes en su cuenta de Instagram en donde el producto se muestra en labios masculinos.
En una entrevista publicada por Bustle, David Klasfeld, CEP y director creativo de OCC, aseguró que la marca “está encantada por mostrar la diversidad en todas sus formas y queremos que nuestros clientes masculinos sientan que nuestra publicidad les habla. Los hombres están usando cada vez más maquillaje (…)”.
Lo cierto es que la ejecución causó opiniones encontradas entre las audiencias, con lo que el cuestionamiento que resulta al respecto es si las marcas realmente están encontrando la forma ideal para abordar estas nuevas tendencias, en donde el género ya no define los hábitos de compra y consumo, sino que son los estilos de vida lo premia en las decisiones de elección de un producto.
