Nueva Zelanda.- Hace unas semanas, F. Whitlock and Sons, marca neozelandesa de condimentos alimenticios, lanzaba un cómico anuncio que, o bien enfurecerá a los hombres, o bien les hará estallar de la risa. Y es que, de acuerdo a la marca, tanto en la cocina como en los demás ámbitos, desde que se comienza a aprender hasta que finalmente se domina el asunto, hay un largo trecho lleno de calamidades. Es por ello que la firma quiere promocionar sus productos, especialmente diseñados para aquellos que no están muy duchos en lo culinario.
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El comercial, en esta línea, muestra la gran diferencia que existe entre un hombre que sabe hacer algo y el proceso de aprendizaje. Pintar, bailar, tocar el piano, jugar al ajedrez o hacer kárate son algunas de las disciplinas que el protagonista trata de aprender, aunque, por lo que se observa, todo requiere mucha paciencia. Esto implica que, por ejemplo, antes de pintar un cuadro digno de aplauso, seguramente habrá que pasar por la fase de dibujar cuatro garabatos que en nada se parecen a la realidad.
Lo mismo ocurre, así, con la cocina y, por ello, la marca aterriza para echar una mano a los más inexpertos.
Este spot interactivo lleva la firma de la agencia de publicidad Us&Co de Nueva Zelanda y ha sido producido por la compañía Curious.