“Llamativo homenaje al Negro de Whatsapp en una plaza rosarina”, “En el medio de una plaza… un homenaje al negro de Whatsapp“, “Quitaron una escultura en honor al Negro de WhatsApp”. Con esos titulares, medios online y noticieros de TV titularon la novedad del lunes 21 de agosto en Argentina.
Es que este día, feriado en el país, ocurrió un hecho más que curioso que relaciona la “vida real”, la “vida virtual” y la app de mensajería instantánea Whatsapp. Fue en la ciudad de Rosario, la misma que vio nacer a Lionel Messi y que está a 400 km al noroeste de Buenos Aires.
Allí, una particular escultura apareció colocada en una plaza en la concurrida esquina de avenida Pellegrini y calle Iriondo. Se trataba de un “homenaje” a John Umweto, más conocido como “el Negro de Whatsapp”. Sí, aunque cueste creerlo, un aparato genital masculino hecho de yeso y de más de un metro de alto apareció en un pedestal que estaba en el lugar con esta placa debajo: “Homenaje de barrio Bella Vista al Negro de Whatsapp, John Umweto”.
La broma duró poco, no más de 8 horas. Fue hasta que personal de la Guardia Urbana Municipal se acercó al lugar para llevarse el material de la plaza que queda a pocos metros de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Aunque la mayoría de las personas lo saben, no está de más decir que “El negro de WhatsApp” es la sugestiva imagen que adquirió popularidad a través de esa plataforma de mensajería y que sorprende a los usuarios cuando ven la imagen completa.
En mayo, en España, ocurrió otro hecho que llegó a los medios relacionado con este “personaje”. Fue cuando por error apareció la polémica imagen durante la transmisión de un noticiero de la cadena Antena 3. Fue cuando se reportaba el hackeo del que había sido víctima la compañía Telefónica.
El hacker de Telefonica ha llegado a niveles #leyenda metiendo al negro del whatsapp en las noticias de antena 3 pic.twitter.com/Pktl3cu0i6
— Luis Rivas ® (@Sitoexpi) 12 de mayo de 2017
La relación entre las redes sociales, los servicios de mensajería instantánea y medios tradicionales ha llevado a muchos de estos canales a ajustar la producción de sus contenidos, sumando espacios para “lo que pasa en las redes”. Este tipo de prácticas también genera efectos no tan deseados, como lo que pasó en Rosario, donde alguien quiso ser viral en la “vida real”. Algo que, por cierto, logró durante las 8 horas que la estatua estuvo en su sitio.