¿Tendremos hambre de felicidad? No se si sea porque estamos viviendo estos momentos tan turbulentos socialmente. O porque aparte de recibir toneladas de información negativa a través de las noticias, lo estamos viendo cara a cara, cuando nos enfrentamos a la realidad nada más al salir a la calle y ver a la gente con gesto duro. Tal vez reclamando en una manifestación, o por otro lado, molestos porque esta manifestación no les permite llevar a cabo sus actividades de manera normal.
Por dar un ejemplo, la reacción polarizada de la donación o no-donación al Teletón que acaba de ocurrir, y todas las manifestaciones relacionadas que aparecen diariamente y de manera constante en las redes, demuestra que la gente está molesta. Por lo tanto, no está feliz.
Y no será tan fácil conseguir esa felicidad. Se tienen que cumplir muchos aspectos para estar satisfechos a nivel social. No es un momento fácil el que estamos viviendo, y esto se refleja en el actuar de la gente. Su comportamiento no es el mismo y su atención se dirige hacia temas que van más allá de los que le muestran en los medios de comunicación.
Los publicistas y las marcas lo saben, se están dando cuenta de ello desde hace ya un par de años. Por eso no es raro ver campañas que apelen cada vez más a los insights relacionados con la felicidad.
De ahí también el surgimiento del “Marketing de la Felicidad”, que, como se menciona en el portal altonivel.com.mx, “prioriza la relación de la marca con el cliente, para obtener fidelidad a través de un estado de ánimo estable y duradero”.
Esto va más allá de satisfacer las necesidades básicas. Aquí la referencia principal es la satisfacción del cliente.
Y esta satisfacción no se queda nada más en el consumo mismo, sino que está relacionado con toda la imagen que proyecta una marca.
Coca Cola ha buscado esta fórmula (que no es secreta, como su bebida) y no la quiere abandonar. Pero a los que si ha abandonado en esta búsqueda es a sus osos navideños.
En su lugar, retoma la imagen del colorado Santa Claus en su campaña de esta temporada, proponiendo el concepto de “Make Someone Happy” (Haz feliz a alguien).
Esta campaña, creada por Coca Cola Alemania con Ogilvy, acompañada por una canción de Jimmy Durante, hace que regrese el icono navideño que no había sido usado por la refresquera ya desde hace algunos años. Y algo curioso (sobre todo por ser un tema comercial), de acuerdo a Andy McMillin, VP de Coca Cola en Norteamérica, la imagen de Santa Claus decidieron usarla para motivar a la gente “a que vieran más allá de los regalos y enfocarse más en el verdadero espíritu de las fiestas. Santa encajaba perfecto como el símbolo más importante de dar y cuidar, y así llevar felicidad a los demás”.
Eso si, la imagen del refresco aparece desde el primer momento y de repente en algunas situaciones que se presentan en el comercial. Todo en un ambiente muy agradable y cálido.
Aquí el spot:
Este anuncio lo vi como si estuviera asomado en una pequeña ventanita viendo toda la “buena onda” que estaba ocurriendo en esas situaciones y con esa gente. Evadiéndome un poco de lo que veo en las redes, la TV y en la calle, pero eso si, sin olvidar que lo real no está en esa pantalla de YouTube, sino que está allá afuera. Ojalá que, como un acto de magia, fuera nada más un refresco de Cola el que nos ayudara a garantizar la felicidad de la gente.