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Las campañas publicitarias con el mensaje incorrecto se convierten en importantes lecciones para la industria, de lo necesario que es entender al consumidor.
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La inversión en publicidad esperada a nivel mundial durante este 2019 es de 563 mil millones de dólares, según proyecciones de GroupM.
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Havas reportó que hasta 2016 sus principales regiones en cuanto a generación de ingresos fueron Norteamérica y Francia.
Una campaña que no entiende el contexto es una pésima estrategia, por lo que hoy en día los mensajes publicitarios deben entender al consumidor y comprender el rol que estos juegan a partir de aspectos culturales y sociales.
Havas ha respondido a una pésima campaña que activó en Singapur donde buscaba ser diverso con humor, solo que este último aspecto, el factor humor, se convirtió en una mala ejecución creativa.
El grupo hizo la campaña para E-Pay, en la que aparecen cuatro personas que promocionan el servicio de pagos móviles, con los que se pueden adquirir todo tipo de productos como comida.
La ocurrencia que llevó a la agencia a crear una pieza de humor donde el actor asiático Dennis Chew aparece con la piel pintada para oscurecerla, provocando que la propuesta de diversidad se convirtiera en una pésima identificación con el consumidor, basada en la discriminación racial.
“Havas Worldwide Singapore desea disculparse por cualquier daño causado por la reciente campaña, para comunicar que el pago electrónico es para todos. El mensaje detrás de la campaña es que el pago electrónico es para personas de todas las edades y grupos demográficos. Nuestra sociedad multicultural nos define como una nación, y lamentamos que la campaña haya ofendido a alguien”, asegura la agencia en su declaración.
Brownface in a Singaporean ad in 2019. I thought we already went over this… pic.twitter.com/ypTEbVYH8x
— ruby (@RubyThiagarajan) 26 de julio de 2019
Este tipo de errores ya lo hemos visto con diversas marcas sobre todo las de consumo como Dove, cuando por un error en el arte de su campaña dio a entender que una mujer afroamericana podía aclarar su piel con solo usar crema de la marca.
Otro caso que ha sido calificado como la campaña más racista de la historia fue el que llevó a la marca de detergente Quiaobi, a mostrar una pieza en la que un afroamericano es lanzado a una lavadora junto a una cápsula del detergente, para salir convertido en un blanco hombre asiático.