Por Luis Miguel Martínez
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Quienes comenzamos a utilizar la Internet hace más de 15 años, tuvimos que aprender nuevas habilidades como la construcción de preguntas con base en la llamada lógica Booleana, la inferencia de resultados con base en pocos resultados y la utilización de términos que arrojaran resultados y no basura. Así, en menos de 15 años hemos desarrollado habilidades, aptitudes y actitudes, que al lado de la vorágine de información que hay en Internet, nos permite afirmar, que en los últimos años hemos aprendido lo que antes nos tomó décadas, si no al menos un ciento de años.
Dado que el mundo no es color rosa, tanto avance ha dado lugar a que seamos menos críticos. Así, el adolescente promedio opina que si lo que buscas no aparece en la primera página de resultados de Google pues no existe ¿acaso, no cabe la posibilidad que no supimos buscar?
El que busca encuentra” reza el dicho popular y en la Internet aún más. Salvo honrosas excepciones como Stumble Upon que muestran páginas al azar, si acaso como resultado de ligar un área de interés con folksonomías o tags generados por los usuarios; siempre será necesario utilizar un buscador. Y hace muchos años, después de la guerra de los buscadores (Yahoo! vs. Google), el ganador ha permitido incorporar palabras a nuestro lenguaje como “googlear” (aka gugulear). Hoy en día, el gigante de mountain view, no tiene una competencia clara en tanto no haya más herramientas para una web semántica o incluso la web 3.0. Mientras tanto, Google hace lo que la web por si sola no puede. Imposible que Tim Berners Lee hubiera previsto en su diseño inicial de la telaraña informativa que fuera necesario buscar conceptos más que palabras. La web fue pensada para la sistematizar información no conocimiento.
Habitualmente, tomamos decisiones en base a modelos tan simples como “IF … THEN … ELSE” , tal como todo lenguaje de programación implica. El plantear condicionantes lo hacemos diariamente (esperamos para ser críticos), sin embargo la evaluación de los resultados es donde parece existir limitantes. Algunas recomendaciones para buscar mejor es ser específico con los nombres o conceptos que buscamos. Tal como buscar “refresco de cola” nos reporta que sólo habría Coca-Cola, para encontrar Pepsi, tenemos que incluir la palabra Pepsi en la búsqueda. Normalmente, tres o cuatro palabras bastan para encontrar la información que estamos buscando. El query “revista mercadotecnia mexico” resulta en Merca 2.0 como primer resultado. Algunas veces funciona la estrategia de agregar una posición geográfica o referencia temporal.
Algunas búsquedas que todo cibernauta no debe olvidar de hacer son: a) su nombre parcial o personal (por aquello del branding y de lo que dicen de tí), b) el lugar donde naciste / viviste o estudiaste (para saber que más ha pasado por ahí), c) los últimos dígitos de tu tarjeta de crédito (8 tal vez, para saber que no anda por ahí a la mano de todo mundo), d) tú número telefónico (por aquello de la privacidad). ! No te desconectes! y prueba otros buscadores como Blekko.com, Yandex.com y Yummly.com.
