La promoción y estrategia de comunicación alrededor de la rifa del avión presidencial fue sin duda agresiva.Ā
En gran parte de las conferencias matutinas emitidas por el presidente, el tema salió a relucir como una forma de invitar a los ciudadanos a comprar un ācachitoā.
Lo cierto es que a pesar de que el propio presidente protagonizó un spot para incrementar las ventas de estos boletos, las cifras fueron decepcionantes.
Ventas forzadasĀ
Hasta julio pasado, a decir de estimaciones de la LoterĆa Nacional se habrĆan entregado apenas 1.5 millones de boletos, lo que suponĆa un cuarto de los 6 millones emitidos.
Las cosas mejoraron de manera lenta para agosto, cuando la cifra alcanzó los 2.2 ācachitosā vendidos, un 34 por ciento del total.
En este punto es importante mencionar que la mitad de esos 6 millones de boletos fueron asignados para su compra a empresarios que asistieron a una cena en Palacio Nacional durante febrero pasado.
Con esto en mente, y ante la lentitud en las ventas, fueron las propias organizaciones, dependencias y demĆ”s jugadores polĆticos quienes decidieron comprar por cientos los boletos que prometen un premio a cien ganadores porĀ 20 millones de pesos para cada uno.
A pesar de que la estrategia de mercadotecnia y comunicación fue agresiva, lo cierto es que esta iniciativa poco podo cambiar la perspectiva de los mexicanos, quienes en enero pasado, ya mostraban su poco interés en participar de la rifa del popular avión presidencial.
A principios de este aƱo, segĆŗn una encuesta de El Financiero, apenas el 18 por ciento de los encuestados, a nivel nacional, manifestó que sĆ le interesarĆa comprar un cachito para la rifa del avión presidencial, mientras que 82 por ciento dijo que no tiene interĆ©s en ello.
A decir del diario Reforma, entre febrero y septiembre fueron vendidos al público en general apenas 20 por ciento, poco mÔs de un millón de cachitos.
El salvavidas de diferentes jugadores polĆticos e instituciones de gobierno permitieron que hasta ayer (14 de septiembre), se tuviera una cuenta de 4 millones 179 mil billetes vendidos; es decir, 69.65 por ciento del total. AĆŗn con esto y hasta el corte de ayer, la rifa del avión presidencial no era rentable.
Por ahora no es rentable
Para cada uno de los sorteos organizados por la LoterĆa nacional se lleva a cabo un anĆ”lisis de rentabilidad y siguiendo sus criterios, hasta ayer la rifa del avión presidencial no era rentable.
Este sorteo que se llevarĆ” a cabo en unos minutos, cien premios de 20 millones pesos cada uno, lo que equivale al 66.66 por ciento de la venta total de los 6 millones de boletos a 500 pesos cada uno.
Aunque podrĆa pensarse que el casi 40 por ciento restante se quedarĆa como ganancia, lo cierto es que a la suma del premio se debe sumar el monto por gastos de administración, distribución, operación y la comisión que se entrega a los organismos de venta y vendedores, mismo que de acuerdo con las reglas emitidas por LoterĆa Nacional es de un 10 por ciento para los comisionistas.
Un exempleado de LotenalĀ en julio de este aƱo indicó a Forbes “Se va a repartir 66 por ciento (en premios) de lo que piensas que vas a tener en ingresos por la venta del 100 por ciento, pero alrededor del 30 por ciento del valor de la emisión se va para gastos de producción de billetes, administrativos, operación, distribución, mĆ”s el gasto publicitario ĀæQuĆ© te va a quedar? Se tendrĆa que vender mĆ”s del 70 por ciento del valor de tu emisión para tener una rentabilidadā.
Durante las Ćŗltimas horas se han registrado nuevas ventas y es posible que la cifra prometida se haya alcanzado, lo cierto es que el negocio sigue siendo sin ser rentable.
Sólo el 20 por ciento
Aunque se vendieran el 100 por ciento de los cachitos, lo cierto es que el sorteo no solucionarÔ el problema inicial: el mantenimiento del avión presidencial.
Como se ha dicho, la ganancia que se tenga por este sorteo serÔ destinada para el sector salud y aunque la in atención es buena, lo cierto es que el avión presidencial sigue generando gastos al erario.
āHasta ahora se han pagado ocho anualidades por 2 mil 255.8 millones, y se han gastado 487 millones de pesos en combustible, refacciones, inspecciones, almacenamiento, seguros, viajes y salarios de personal que le da mantenimiento. A estas alturas, aĆŗn se deben unos 3 mil 838 millones de pesos para solventar el costo total del avión TP-01ā, indican desde Reforma.
El asunto no es menor y sin duda se trata de un problema de organización que, ademÔs de no solucionar una necesidad inicial, parece haber jugado con los ingresos públicos en una suerte por presentarse como rentable.