Santiago, Chile.- Miles- o quizás millones- son las personas que hacen texting diariamente en el mundo. Lo hacen en la calle, en los ascensores, en el metro y hasta algunos en el auto. El problema no es el hecho en sí, sino lo peligroso que puede ser desconectarse de lo que sucede a tu alrededor. Para demostrar lo extraño que es el fenómeno, el Departamento de Transportes de Nueva York realizó una performance que llamó la atención del mundo.
Se trata de una actuación realizada por un montón de voluntarios en los que la mitad se convertía en lazarillos y la otra en texteadores que se enganchaban con la cuerda para caminar y cruzar las calles.
Las reacciones fueron geniales. La gente más abierta de mente encontró espléndida la iniciativa. Otros sacaron sus propias conclusiones, asegurando que era probable que estuviese prohibido textear, “como lo es en varios estados, por los accidentes” como dijo un joven alemán. Un grupo de policías reaccionó mal porque dicen ser los últimos en enterarse de lo que sucede. En fin, la actitud del público improvisado es tan diversa como los habitantes de la ciudad. Sin embargo, a pesar de las risas, cuando se les ofrece el servicio gratuito, muchos lo toman.
En realidad, como decíamos más arriba, fue sólo una performance, pero significó una especie de toma de consciencia – divertida, por cierto- sobre la importancia de utilizar las nuevas tecnologías de forma adecuada. Es decir, lo que es una herramienta muy útil, tanto para la comunicación personal como para el marketing digital, no debiera convertirse en un peligro. La experiencia resultó tan curiosa que más de 1 millón doscientos de personas ha visto el video que se llama “Seeing Eye People”, por el cartel que llevan los lazarillos y que difiere del “Blind People” habitual de los ciegos.
Como todo en la vida, los avances tecnológicos tienen dos caras: una útil y el lado b que, lamentablemente, siempre es descubierto por alguien que luego viraliza la idea. Quizás, pronto sea necesario contratar lazarillos de verdad, al menos para cruzar las calles.
