Con base a lo que vivo día a día en el sector, lo que leo y escucho, pienso que las relaciones públicas caminan buscando estrategias aún más profundas, más ligadas y relevantes para los negocios.
No tengo una bolita de cristal que lea el futuro y, aunque a veces sería tentador tenerla, más bien soy de las que prefiere una estabilidad mezclada con ciertas sorpresas que nos mantengan alertas y nos saquen de nuestro estado de confort, despertando aún más la curiosidad necesaria para ser innovadores.
El número creciente de canales, menos tiempo que tienen las personas, la acumulación de tareas incluso trabajando desde casa o en modelos híbridos o físicos, sumado a que las audiencias presentan periodos más cortos de atención, nos mantendrá muy ocupados en seguir siendo creativos, constantes, resolutivos y perseverantes.
Les comparto 7 tendencias a considerar:
1. ESG (Gobernanza ambiental, social y corporativa) o, comúnmente llamada, sostenibilidad: es una de las tendencias en crecimiento a nivel mundial, esto se debe al panorama político que se respira y se aplica en cada país, pero que está ligado al 100% a la toma de decisiones de la mayoría de los empresarios y ejecutivos en cualquier sector, por lo tanto, forma parte crítica de los planes de comunicación. La Covid-19 ha venido a reforzarnos qué tan importante es la relación entre gobierno, empresas, soluciones, productos, mercado y, por supuesto, la correcta transmisión pública de mensajes y nuevos lanzamientos; las organizaciones no tendrán más remedio que adaptarse, estar enterados y bien asesorados por especialistas en diferentes áreas.
2. Madurez en la comunicación: se refiere al nivel de desarrollo de las percepciones comunes entre líderes, compañeros de trabajo y la eficiencia en el proceso de comunicación claro y congruente. Es importante que las empresas miren hacia adentro, que se fijen con atención en las personas que las conforman porque ya todos, de cierta manera, se pueden convertir en voceros, sin tener que ser los voceros oficiales tradicionales.
3. Mayor atención al SEO: las prácticas de PR se tendrán que apoyar más de los resultados derivados de los motores orgánicos de búsqueda, debido a que los algoritmos de las redes sociales siguen siendo volubles, por lo que será importante seguir rastreando maneras de que la audiencia se acerque a las marcas, independientemente de los esfuerzos que éstas hacen por estar más cerca de sus públicos.
4. Gestión de reputación de marcas: el aspecto proactivo de las comunicaciones es una inclinación a tomar en cuenta ya que hoy todas las voces son de y para todos y, según algunos especialistas sustentado en un estudio de Cambridge Analytica, “las redes sociales se están convirtiendo en uno de los principales campos de batalla para el marketing”.
5. Creación de comunidades: es la construcción y, aún más difícil, el mantenimiento y seguimiento de comunidades sólidas en línea. Lograr que los clientes sean leales, comprometidos y activos para darle vida, dinamismo y así retener a los participantes actuales y atraer a más y más.
6. Incremento en recursos visuales: las imágenes dicen mucho y en movimiento dicen aún más; la comunicación se torna cada vez más visual y auditiva, los textos aún son importantes, pero los videos toman cada vez más relevancia. Un perfecto ejemplo es ver en lo que se están convirtiendo plataformas como Twitter y LinkedIn. Las fotografías e imágenes toman fuerza también. Se sugiere integrar textos cortos en imágenes y videos e, incluso, subtítulos en la parte inferior.
7. Mejorar la narrativa: los contenidos toman y tomarán aún relevancia; al tener más canales de comunicación, se necesitan más y mejores historias, que sean interesantes, originales, auténticas, emotivas y sustentadas. Más documentales, testimoniales y menos cuentos de hadas.
Y aunque para algunos suene banal, la actitud y la confianza es cada vez más necesaria; el trabajo virtual exige altos niveles de compromiso, automotivación y mejor organización, entre muchas otras variables tangibles e intangibles.