El panorama dentro de la comunicación que hoy vivimos es claro y puede parecer que está lleno de retos, sobre todo cuando vemos que el consumidor actual está expuesto a un abrumador torrente de contenido que lo alcanza por múltiples vías, pero que hoy más que nunca tiene el poder para decidir entre este mar de opciones.

Tanto para los generadores de contenido publicitario destinado a los canales digitales, como para los creadores de información noticiosa dentro de los medios de comunicación, el desafío es que su contenido sea lo suficientemente atractivo para que, en primera, sea elegido dentro del universo de mensajes que bombardean a los consumidores; y en segunda, que logre su objetivo y satisfaga su razón de existir.

De acuerdo a la octava edición del Estudio de Consumo de Medios y Dispositivos entre Internautas Mexicanos, elaborado por el Interactive Advertising Bureau (IAB), el 64% de los internautas sí pone atención a los anuncios que se les presentan en internet. El 48% de ellos lo hace porque con ellos se enteran de promociones y descuentos, un 47% porque la publicidad es atractiva y un 44% porque la publicidad muestra algo novedoso o diferente.

Ante estas cifras, lo simple es percatarnos que la gente quiere contenido atractivo, novedoso, diferente y que le dé el beneficio de obtener descuentos y promociones. Una fórmula que no nos dice mucho, pero que podría ser el eje de búsqueda de oportunidades en la era digital actual.

Del 25% de las personas que nunca se detienen a poner atención a la publicidad, el 49% no lo hace porque simplemente no le llama la atención y el 44% mencionó que esos anuncios no le impactan porque le molesta que aparezcan cuando está navegando. Porcentajes muy similares de rechazo, de acuerdo al mismo estudio, tienen que ver con que la publicidad les resulta invasiva y no les permite ver el contenido que realmente les interesa.

Una de las claves para que un mensaje tenga éxito, a pesar de que pudiéramos pensar todo lo contrario, es la implementación de contenidos de extensión grande, en lugar de los contenidos de pocos caracteres.

Un estudio de Buzzumo, una herramienta para analizar el impacto que tienen los contenidos, sobre todo en las redes sociales, indica que los textos con grandes cantidades de caracteres tienen más impacto que los textos cortos, pues en internet se producen 16 veces más artículos de menos de mil palabras que de más de dos mil, lo que también funciona para un buen posicionamiento en Google, cuyos algoritmos le dan más prioridad a los artículos extensos y profundos.

Otro factor que los expertos digitales proponen como uno de los más importantes es el del humor que se le imprima a cualquier contenido. Los materiales que tienen mayor éxito son los que muestran un mood que se acerca al entretenimiento a la sorpresa y sumamente importante, al humor y a la risa.

A pesar de que lo hilarante siempre ha sido uno de los secretos de la buena publicidad para alcanzar el éxito, hoy el humor parece estar sobreexplotado, sobre todo si tomamos en cuenta que no todo lo que pretenden que sea humorístico lo es; así nos encontramos con una serie de campañas que pretenden hacernos reír y lograr así una recordación efectiva de la marca, pero sólo consiguen un efecto contrario.

Para lo anterior, el reto para los creadores de publicidad y generadores de contenidos de cualquier clase es encontrar la manera de utilizar un humor que sea efectivo, que no haya sido ampliamente explotado en el pasado y muy importante, que esté acorde a las tendencias actuales, que dictan que lo efectivo es, por ejemplo, el recurso del stand up y el humor negro y arriesgado con lo que las nuevas generaciones se identifican, a juzgar por el cúmulo de memes y chistes que proliferan.

El autor de los contenidos juega también un papel muy importante, la construcción de un nombre que sea reconocido por una buena, interesante y amena escritura es pieza clave de éxito (tampoco es un secreto la utilización de influencers como un recurso efectivo). De la misma manera y sumamente importante es el buen uso de lo gráfico, que como sabemos y sin resultar una novedad, ha sido desde siempre una herramienta de atracción que abona, sobre todo cuando hay que luchar por conseguir las miradas de un mundo que cada vez lee menos.