Un querido amigo y mentor me decía que para ser tomado en serio en cualquier industria, había que tener como objetivo claro el hacer negocio; dicho de otro modo y citando a Audrey Tautou en la película “Mi vida es un rompecabezas” (Casse-Tête chinois-2014)– hacer negocios es una manera súper pragmática de salvar al mundo.
Derribando el mito del capitalista feroz del siglo XX, es aún más aplaudible si para lograrlo se causa impacto o se cambia el status Quo. Hay varias marcas que nos sirven de inspiración.
Lo funcional no quita lo bello.
Maggie’s, la organización sin fines de lucro que ayuda a enfermos de cáncer confió al diseñador inglés Benjamin Hubert el proyecto de una nueva urna para su campaña de recaudación. Ese tipo de trabajos que cualquier agencia o diseñador ansía realizar, es un ejemplo de belleza y diseño que seguramente se traducirá en dividendos para la asociación. Como buen millennial, Hubert propone un objeto a base de silicón, ergonómico, amigable con el medio ambiente que será el vehículo perfecto para recaudar más donativos.
Compartir tu Know How no te hace pobre.
El creador de Bussiness of Fashion, Imran Amed tiene muy claro este mantra. Con su portal ha podido detonar la carrera de muchos diseñadores de modas mientras su plataforma es un negocio sustentable. BOF ofrece programas educativos especiales para nuevos talentos de la industria mundial de la moda, y además una versión impresa que es un referente en tendencias. Todo un laboratorio de ideas que comprueba que generar contenidos es el must de nuestros tiempos.
Reinventar lo de siempre.
Dicen que la moda de las barbas va de salida, si es verdad que los lampiños vuelven al ataque, Tristan Walker está listo para capitalizar (aún más) su recién nacida marca Bevel que en pocos años es la favorita de un gran mercado en los Estados Unidos –los hombres que no son de raza blanca. Como lo dice él mismo acerca de su empresa, su enfoque es crear productos saludables para personas de color; como cualquier gran idea, Tristan analizó los anaqueles y concluyó que existen clientes endémicamente olvidados y fue por ellos.
Jessica puede ser mala actriz, pero…
Salió buena para capitalizar sus ideas, cuando tuvo a su primer hija, Jessica Alba se sentía frustrada al no encontrar en el mercado productos naturales que no dañaran la piel de su bebé. Ese fue el detonante que la llevó a crear su propia marca de productos de higiene personal llamada “The Honest Company”, cuatro años después la marca se diversificó en diferentes productos saludables y sustentables; listos para ser consumidos por un nuevo comprador que exige valor sobre producto. Dicen que tener una oferta saludable vinculada a la familia tiene la formula perfecta para triunfar.
Para terminar, aunque estos ejemplos se han desarrollado en un mercado consumidor más maduro y con mejor poder adquisitivo, comprueban que se puede cambiar los anaqueles además de intentar nuevas formas de crear productos sustentables y responsables. Es labor de todos nosotros el cambiar la mentalidad y el status Quo además de educar al consumidor final. Si no estás educando, no estás siendo líder.