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Coca-Cola compitió muchos años con la peruana Inca Kola y nunca pudo derrotarla.
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En 1999, hace dos décadas, compró la mitad de las acciones de la compañía dueña de la marca.
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Inka Cola se expande y se vende con éxito en Japón.
En 2019 se cumplen dos décadas de que Coca-Cola Company se viera obligada a comprar el 49% de las acciones de la centenaria empresa peruana Lindley.
Con esa adquisición, tuvo en sus manos a su producto estrella: Inca Kola, que había sido el único refresco que no pudo vencer en Perú. Fue en febrero de 1999, cuenta El Comercio.
Inca Kola nació en 1935, justo cuando Lima cumplía 400 años de la fundación española. “Curiosamente, sólo un año después, la familia Barton obtuvo los permisos para la fabricación y distribución de Coca-Cola en el Perú”, explica el medio peruano.
A finales del siglo pasado, y luego de competir sin éxito para derrotarla, Coca-Cola Company tuvo que comprar las acciones de Lindley y sumarla la marca a su portfolio.
Antes del acuerdo, Inca Kola había rechazado a otros posibles socios, como Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) de Chile (uno de los gigantes de las bebidas del continente por estos días), Polar de Venezuela, Cardbury y hasta Pepsicola.
Inca Cola tuvo y tiene éxito porque supo asociarse siempre con la comida peruana, hoy una de las más valoradas del mundo. Uno de sus claims más recordados fue “Combina muy bien con todas las comidas”.
Otros eslogan de la marca fueron “Inca Kola OK” (1935), “El sabor de la alegría” (entre 1980 y 1985 muy parecido a otro de Coca-Cola), “Pide, que con todo combina” (1996-1999), “El sabor de lo nuestro”, “Destapa el sabor del Perú” (2005) y “El sabor de la creatividad” (2007).
En Japón
El tradicional refresco peruano ha trascendido las fronteras y uno de los lugares en los que está desembarcando con éxito es el lejano país nipón.
Así es, G&C Corp, un importador de alimentos sudamericanos con sede en Kuwana, Japón, importa Inca Kola desde Perú, publica Asahi. Según el mismo medio, la compañía comenzó a llevar el producto en 2008, y las ventas han aumentado constantemente. Ahora, Inca Kola ocupa más de la mitad de los 60 contenedores que importa en un año.
Una botella de 300 mililitros cuesta alrededor de 180 yenes (US$ 1,70) en el comercio minorista. Los japoneses pueden comprarla en tiendas dedicadas a alimentos sudamericanos y en algunas Don Quijote, tiendas que son un éxito en Japón de la mano de su mercadotecnia disruptiva.
En 2015, Arca Continental y Lindley (que era el único embotellador de Coca-Cola en Perú) se integraron en una operación que consolidó a la primera como una de las embotelladoras más relevantes de sistema global de la marca de Atlanta.