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Cuando vayas a hablar de un problema con tu jefe, no lo hagas con las emociones expuestas.
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Antes de hablar de cualquier problema, debes hacer un buen análisis de la situación.
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Dale a tu jefe al menos dos ideas, dos análisis, dos perspectivas de lo que ocurre.
Todo trabajo tiene problemas. De hecho, los encuentras en cualquier aspecto de la vida. Es algo normal y todos debemos ser conscientes y pacientes y estar preparados para resolver lo que se tenga que resolver. Un buen líder lo sabe y un empleado también debe estar enterado e informar al respecto. Sin embargo, hablar de problemas con tu jefe puede ser algo complicado y a nadie le gusta ser portador de malas noticias. Tampoco es sano que te mantengas al margen y te guardes todo con tal de no enfrentarlo, pues existen inconvenientes que pueden crecer entre más tiempo esperes. Así que no pierdas el tiempo, analiza la situación, ten confianza, toca la puerta de su oficina y hablen al respecto. Hablar es el primer paso para resolver cualquier diferencia y tal vez el más importante de todos.
Existe una cantidad indeterminada de situaciones negativas que se pueden suscitar en un empleo. Pleitos con algún empleado, desacuerdos ante ciertos procesos, problemas técnicos de pagos, entre otras cosas. Es, hasta cierto punto, algo normal que ocurran situaciones así, pero lo que de verdad importa es cómo se enfrenta todo esto. Muchos departamentos de recursos humanos ya tienen un protocolo para ciertos momentos de crisis y es bueno que siempre esté a la mano y actualizado. Claro, es cierto que nadie estaba preparado para la crisis de COVID-19 y también es cierto que a partir de esta situación surgieron nuevas problemáticas. Adaptarse al “home office” y respetar los horarios resultó más difícil de lo que muchos imaginamos y lo que sea que venga a partir de aquí, se debe comunicar.
Entendimiento total
Antes de hablar de cualquier problema, debes hacer un buen análisis de la situación y asegurarte de entender todos los ángulos. Entre más complejo sea, más necesario será que pienses bien las cosas antes de poder acercarte a discutir el tema.
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La importancia de la confianza
No existe nada más importante al momento de hablar de temas complicados con un jefe, que la confianza que haya entre ustedes. Debe haber un entendimiento mutuo y una buena comunicación interna y esto siempre se puede trabajar y mejorar.
Las alternativas
Dale a tu jefe al menos dos ideas, dos análisis, dos perspectivas de lo que ocurre. De esta manera, tu superior entenderá la importancia de lo que ocurre, tanto para ti como para otros y sabrá que has hecho una evaluación completa para una solución más fácil en equipo.
Hechos por delante
Cuando vayas a hablar de un problema con tu jefe, no lo hagas simplemente con las emociones expuestas, sin presentar hechos. Es muy importante que enfríes tu cabeza y no te dejes llevar por cómo te sientes, sino que el análisis sea tan objetivo como sea posible.
El ángulo correcto
Existen distintos tipos de problemas a presentar: búsqueda de una solución, presentación de posibles soluciones, buscar apoyo y ser también de ayuda en el proceso. ¿Con qué tipo de problema lidias? Puede que busques apoyo o que ya tengas el panorama listo, todo dependerá de muchas cosas.