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El viernes, todo parecía aclarar: la guerra comercial entre Estados Unidos y China estaba cerca de la solución.
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Una serie de tuits de Donald Trump sobre la imposición de nuevos aranceles cambió el panorama.
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Los mercados abrieron convulsionados este lunes.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo este domingo que el porcentaje de los aranceles que hoy rigen por US$ 200.000 millones para productos chinos aumentarán el próximo viernes. Además, amenazó con extenderlos hasta intercambios por US$ 325.000 millones “en breve”.
A principios de 2019, Trump había amenazado con subir los aranceles, pero pospuso esa decisión luego de que China y los Estados Unidos acordaron sentarse a dialogar.
Ese diálogo parecía que iba a llegar a su fin esta semana, cuando el jueves pasado se conoció que las negociaciones comerciales estaban casi terminadas.
Sin embargo, algo salió mal y una serie de tuits de Trump de este domingo cambió todo el escenario.
After spending more than $35,000,000 over a two year period, interviewing 500 people, using 18 Trump Hating Angry Democrats & 49 FBI Agents – all culminating in a more than 400 page Report showing NO COLLUSION – why would the Democrats in Congress now need Robert Mueller…….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 5, 2019
El presidente de los Estados Unidos dijo que las conversaciones con China continúan, pero avanzan “muy lentamente” y culpó a Pekín que querer “volver a negociar”.
Según datos oficiales, los Estados Unidos importan productos de China por un total de US$ 539,5 mil millones y el déficit comercial fue de US$ 419,2 mil millones en 2018.
Es decir que si Trump cumple con sus amenazas, virtualmente todos los bienes importados desde China por los Estados Unidos tendrán algún tipo de tarifa o arancel.
El viernes, el vicepresidente Mike Pence le había dicho a CNBC que Trump tenía la esperanza de poder llegar a un acuerdo. Incluso desde la Casa Blanca se dijo el miércoles que la última ronda de conversaciones había acercado a Beijing y Washington a un acuerdo.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo sobre la guerra comercial: “Las discusiones siguen centradas en lograr avances sustanciales en importantes problemas estructurales y en reequilibrar la relación comercial entre Estados Unidos y China”.
En los medios hubo múltiples informes de que China y Estados Unidos estaban cerca de un acuerdo comercial, y que ese arreglo podría llegar el viernes pasado.
Pero no sólo no sucedió, sino que se agravó.
Los principales puntos conflictivos entre Estados Unidos y China son el robo de propiedad intelectual y las transferencias de tecnología. También hay desacuerdos sobre si los aranceles deberían eliminarse o permanecer como un mecanismo de cumplimiento.
Cambio
Hasta ahora, en los mercados había un escenario con buenas perspectivas en 2019. El S&P 500 subió subido más del 17% este año, en parte, por el optimismo sobre un potencial acuerdo comercial.
El CEO de Apple, Tim Cook, por ejemplo, dijo cuando presentó los resultados de la compañía que la mejora del diálogo entre ambos países había elevado la confianza de los consumidores. “Nos sentimos mucho mejor que hace 90 días”, dijo Cook.
Sin embargo, este lunes, el panorama es otro. Las acciones globales cayeron en la apertura en Asia, lo que adelanta un inicio de la semana convulsionado en Wall Street. Y el indicador de la volatilidad de las acciones estadounidenses comenzó a marcar su mayor aumento en 2019.
Los futuros en el índice S&P 500 se hundieron 1,9 por ciento al mediodía en Londres y el Stoxx Europe 600 cayó un 1,5 por ciento.
El índice de Shanghai cayó un 5,6 por ciento y el MSCI Asia Pacific descendió un 1 por ciento en la mayor caída en seis semanas. Algo parecido ocurrió con el MSCI Emerging Market Index, que retrocedió 1,6 por ciento.